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Día de las audiciones
Cómo no, Tati (Marta) fue la
primera en llegar. Su espectáculo requería de algo de preparación por su parte;
unos estiramientos, efectos de voz, releer el guion que había preparado… En
ello estaba cuando escuchó un ruido tras la puerta. Del susto falló en el paso
y cayó al suelo de bruces, no tardó ni un segundo en reaccionar, su cara
reflejaba el miedo que recorría su cuerpo en un escalofrío que hacía temblar
sus huesos. Solo podía ser por una razón, alguien le había estado observando
antes de que su obra estuviera lista, y eso lo odiaba más que cualquier cosa. “¿Sería Paula?” No podía dejar que eso
pasara, si la reconocía perdería las dos únicas cosas buenas que había tenido
en su vida; su única amiga y la oportunidad que “Tatiana Faceless” le había
dado. Se levantó rápidamente, cogiendo sus cosas y vistiéndose ya para la
audición, rezando porque sus pensamientos fuesen falsos, pero otro ruido en la
puerta volvió a sobresaltarla.
-
¿Quién anda ahí?
Silencio como respuesta, Marta se
acercó a la puerta y apuntó con la luz del móvil, al verla allí se asustó,
había temido la presencia de Paula, pero verla a ella había sido peor aún si
cabe. “¿Qué hacía ella espiándola?”
Fue Ari la primera en reaccionar,
con una sonrisa pícara al ver la vergüenza reflejada en las sonrosadas mejillas
de aquella chica que tanto le había impresionado sobre el escenario y que tan
pequeña se veía ahora, acurrucada y zafándose al móvil para controlar el
temblor del nerviosismo.
-
Hola ¿vienes a las pruebas?
-
Sí
-
¿Y qué tal? ¿Haciéndote con el escenario?
-
Bien
-
Jajaja ¡Cuánto monosílabo! Como seas así en el
escenario tengo el papel en el bolsillo…
-
No estoy aquí para discutir contigo – dijo
enfadada Marta
-
Bueno, si parece que la mocosa sabe hablar…
-
Pero tía, ¿qué te he hecho yo? ¿Tienes miedo de
la competencia? Déjame en paz y veremos la verdad en el escenario
Ari no la dejó reaccionar,
incluso antes de acabar la frase, se lanzó sobre ella, atrapando sus labios en
un baile forzado, Marta trató inútilmente de escapar de aquella pasión
repentina en la que se había visto envuelta, pero la suavidad y calidez de
aquella lengua buscando la suya seguía pidiéndole una dosis más de aquel veneno
al que llaman Pasión.
-
¡No! – consiguió al fin frenar aquella locura
-
¿Cómo que no? ¿No te ha gustado? – sonó la voz
de Ari, quien retenía a Marta por la cintura – ¿No pretenderás irte dejándome
así?
-
Yo no soy así… - Ari la agarró más fuertemente
tratando de besarla de nuevo- ¡No! Yo no soy lesb
-
Vale – la interrumpió – tranquila, me ha quedado
claro – la dejó espacio – No te preocupes, ¿amigas?
-
¿Te presentas siempre así? – Ari se sorprendió
de la pregunta, Tati la miró y esta bajó la mirada algo avergonzada
-
Ya te han contado estos, ¿verdad? – ante el
asentimiento de Tati, la abrazó con su brazo derechó y susurró a su oído - ¿por
qué no me juzgas tú? Igual te sorprendo – se alejó de ella y se fue de la sala,
haciendo una parada en el último momento – Dame una oportunidad
…
Paula se despertó bastante
animada, no había preparado nada para las audiciones, hasta entonces lo
consideraba una pérdida de tiempo, pero un sueño le había revelado algo que
realmente le ilusionaba representar. Como buena dibujante, siempre tenía papel
y lápiz en la mesita de noche por las posibles ideas que surgieran en la noche.
Cogió ese bloc y observó a la luz del día el boceto que había trazado a la luz
de la luna; un esquema poco detallado del disfraz y cuatro líneas de monólogo.
Sabía que no tenía demasiado
tiempo para prepararlo, así que se puso con el diseño en tela sin haber
desayunado. Cortó, midió, pintó, decoró, probó mil formas diferentes hasta dar
con el traje con el que había soñado. Al ponerse frente al espejo, sonrió
conforme con el resultado. Así vestida, bajó las escaleras encontrándose en el
portal con una más que sorprendida madre, la cual suspiró contenta de ver a su
hija emocionada por su nuevo hobby.
Entró en la escuela recibiendo
los elogios de sus compañeros, directamente enfrentó el pasillo camino al salón
de actos. Allí pretendía encontrarse con sus compañeros, con suerte con Marta… pero
lo que vio al pasar por la puerta, no era nada de eso. No pudo contener la ira
que golpeaba incansable bajo su pecho ante aquella imagen, había odiado a esa rubia prepotente desde el
mismo momento en el que le había dirigido la palabra, y esa impostora que
pretendía ocupar el lugar de su amiga no había sido plato de buen gusto; pero
ver a las dos juntas, charlando, acaparando el escenario, uniéndose (según
ella) en su contra… No pudo más, entró allí gritando, aullando, reclamando su
papel en escena.
-
¡Joder! Que esto no es vuestro puto reino, las
butacas donde descansáis no son vuestros tronos, así que dejad de acaparar la
puta sala de ensayo, no sois las únicas que os presentáis y tenemos el mismo
derecho a practicar cualquiera de los demás.
-
Paula, nosotras..
- De nosotras – interrumpió Paula imitando su tono
de voz – nada, Tatiana. Bastante tengo con aguantarte en clase, no eres mi
amiga, no eres mi compañera, así que me da igual lo que pienses o lo que hagas,
excepto que me toque los putos cojones
-
Relaja, nueva
- La que faltaba… ¿siempre tienes que tener la
última palabra, rubia? Me da igual lo que estuvieseis haciendo, salid que
quiero ensayar.
-
¿Piensas ganarme?
-
Ya me han advertido de tus chulerías, así que
hasta que no sea con respeto, no te dirijas a mí
-
Pero, chicas, no…
-
Calla – interrumpieron las dos a la vez
Tati estaba dispuesta a
contestar, pero Ari la cogió del brazo obligándola a dar por finalizada la
discusión.
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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: