que extrañe momentos
que ni siquiera han pasado,
que extrañe tus besos,
caricias y abrazos,
que extrañe tu risa
y hasta tus enfados.
Por eso resumo,
tal vez demasiado,
y lo dejo todo
en un simple
te extraño.
Por las historias que rondan tu mente. Por las ganas de cambiar el mundo. Por las rimas. Por la música. Por el arte... El primer puercoespín enamorado de las letras comparte sus cuadernos de poesía. Cuidado, puede ser muy dulce o utilizar sus púas.
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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: