El bosque nos dejó a solas
sólo por un segundo,
tiempo suficiente para buscar dragones
y brillar más que nunca
bajo la manta de hojas nuevas.
Él no sabía mi idioma,
yo ya había olvidado el suyo...
pero entre sus juegos
me enseñó todas las respuestas.
Llené mi ropa
de un mundo en el que era tan sólo una invitada,
guardé el perfume perfecto de la magia,
abracé con fuerza mi oportunidad única
y él,
rió con ganas ante mi cara de idiota,
y siguió jugando,
como si tal cosa.
Ojalá su oasis
no se acabe nunca,
ojalá no crezca,
ojalá que vuelvan
y nos salven a todos.
Por las historias que rondan tu mente. Por las ganas de cambiar el mundo. Por las rimas. Por la música. Por el arte... El primer puercoespín enamorado de las letras comparte sus cuadernos de poesía. Cuidado, puede ser muy dulce o utilizar sus púas.
domingo, 30 de abril de 2017
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Ojalá cielo, ojalá. Precioso, como siempre¡
ResponderEliminarGracias =) Es que ir a jugar con los niños en la granja escuela me ha afectado jejeje Son (mis) superhéroes!!!
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