Donde descansan los míos
y el sol nunca se pone.
En el rincón de siempre,
al que sigue sin llegar la luz.
Entre las promesas
y los disparates.
En aquel suspiro
al que llamamos hogar...
Locura,
te espero donde siempre
con las alas listas
para salvar el día.
(¡Camarero, suba esa canción!)

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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: