Échame de
menos
cuando la
oscuridad se adueñe de tu cama
y no quede
ni rastro del aroma a sueño que dejamos;
cuando tus
manos se hielen, solas en tus bolsillos,
ansiando un
roce conocido
que les
acompañe en el próximo viaje;
cuando tus
lágrimas sequen sobre la piel,
sin hombro
donde arroparse;
cuando te
sientas sola y perdida;
cuando tú me
quieras a tu lado…
Sólo
entonces,
échame de
menos
y volveremos
a contarle historias a los libros,
a dibujarles
sueños a las nubes,
a vivir sin
prisa, pero con pausas,
para
disfrutar del tiempo que aún (no)s queda.
Échame de
menos
cuando tus
atardeceres se apaguen
y quieras
iluminar sonrisas despistadas
perdidas
entre la laguna de tus lágrimas.
Hasta
entonces
(y mientras
tanto),
VIVE.
Vive y
disfruta de la vida.
Vive y
sonríe si te apetece.
Vive y no te
sientas culpable….
Yo te echo
de menos por los dos,
tranquila,
tú disfruta
cada día,
como si
fuera… tuyo.