acechan detrás de cada esquina,
saltan a la yugular sin previo aviso
y embisten.
Invisibles, silenciosos…
Mortales.
Atacan mi cuerpo desde el alma
y rompen cada vena, músculo y hueso en su camino…
No dejan que me estremezca,
que tiemble,
que pida tregua…
¡Piedad!
Mi corazón se olvida de latir,
los pulmones sueltan su último aliento.
Nadie quiere ver la catástrofe
y pronto seremos….
escombros incompletos.
Se me clavan todos los puñales,
vuelven a abrirse las yagas cerradas.
Cuando más a salvo me creía,
vuelve la visita no-invitada…
Y me rompe el cuerpo
y me quiebra el alma.
No os dais cuenta
de que ataca mis cimientos el mismo miedo,
que llevo al enemigo dentro
y no sé cómo salir de esta…
si no puedo salir huyendo.
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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: