Podridos.
Podridos de odio, de ira, de poder,
podridos de ganas.
Escupen su mierda a discreción,
se pasan el juguete sin reparos.
Alardean,
se restriegan en su fango
y relinchan victoriosos.
Se llenan los labios de pieles ajenas,
cargadas de química de laboratorio.
Rompen con todo,
abrasan los límites,
te hacen jirones
y se marchan.
Sumando una más a la lista,
restando otra más a la vida...
Podridos,
podridos de injusticia y jueces compinchados,
podridos de nuestras derrotas en juzgados,
de apoyo en una sociedad deshumanizada...
Vacíos de reparos y vergüenza.
Pudríos.
Canallas sin nombre,
basura de humanos,
volved a vuestro infierno y desintegraros.
Pudríos,
llenaros de vuestra oscuridad y consumiros,
cambiad el orden de factores:
maltratador, violador y asesino,
suicídate tú primero,
y luego, si puedes,
me matas.

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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: