el roce de nuestros labios,
en mis manos tu calor
y en mi espalda, correteando, un escalofrío.
Ser volcán, tormenta y calma,
ser anhelo en tu delirio,
disfrutar las fantasías
y olvidarnos lo aprendido.
Darnos, por este instante,
tan ínfimo como infinito,
la libertad de devorarnos,
de disfrutarnos y confundirnos.
Sabernos libres del tiempo,
querernos sin más motivo
que dos cuerpos que se encienden...
sin importar qué es tuyo y qué mío.
No habrá rutas señaladas,
crearemos senderos compartidos,
marcaremos nuestro propio ritmo
y reiremos de camino.
Vamos a ignorar lo que se espera,
la pasión hoy no tiene filtro,
yo gemiré tu nombre,
tú jadearás el mío.
Llamadnos como queráis ahí fuera,
en este baile imperfecto
las etiquetas
nunca tuvieron sentido.
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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: