tengo miedo de jugar con tus trazos
y que mi memoria,
en un fallo de cálculos,
te desdibuje para siempre
sin vuelta atrás.
A veces,
me asusta aferrarme a tu idea
y que nada más consiga nunca enamorarme.
Pues parece que el mundo jamás será tan feliz
como tú lo pintaste;
que la risa no vibrará igual ni llenará tanto el aire
como me enseñaste a cantarla.
A veces,
me encuentro perdida en los recuerdos,
sin mapa para viajar por los rincones
de esa sociedad que creamos
a medio camino entre nuestros ideales
y aquellas pasiones incendiarias…
Pero hoy no es más que una ciudad fantasma.
Y tiemblo en la contradicción de mi cabeza,
pues temo no poder borrar tu imagen
tanto como perderla.
A veces,
siento que llegaste tan hondo,
que te colaste tan dentro…
que hay noches que eres tú quien pasea mi cuerpo,
que son tus sueños los que me empujan,
que son tus metas las que lucho por alcanzar.
Tal vez, para verte un día más en el destino.
Y es que
cuando mi mundo era ruinas y mar de naufragios,
me dejaste anudarme a tus redes y trepar a tu balsa.
Pero ahora que no son ya tuyas las tablas
ahora que debo remar por mí misma...
ya no sé siquiera
si estoy en las mismas aguas.
Imagen de Flickr subida por Florida Sea Grant |