Vuelve la duda,
el tal vez,
mirar antes de un beso,
soltar su mano al dejar la puerta.
Un armario invisible
que se extiende por cada hueco,
buscando
pequeños cajones donde ser libre a escondidas,
amar a hurtadillas.
Hemos vuelto a tachar destinos.
No por conocidos,
sino por prohibidos.
Sí,
aún hay seres prohibidos...
Parece mentira,
marcar quién sí y quién no
puede ocupar las calles...
Tanto ha retrocedido la sociedad,
tanto ha perdido el hombre,
Tanta violencia...
Ha de tener un nombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: