domingo, 15 de mayo de 2016

Nos vemos...



Cuando es su boca la que aprieta las tuercas,
hasta el más cuerdo se vuelve loco,
hasta el más sabio se siente ingenuo
y el más galán, un incomprendido en la materia.

Cuando son sus manos las que desatan los nudos,
¿quién preferiría un fisioterapeuta?
¿quién no volvería la vista, abalanzándose a su cuello?
¿quién no se derretiría entre sus dedos?

No alcanzo a imaginarme
lo que sería despertar entre sus brazos
o leerla poemas antes de ir a la cama.

No me atrevo (aún) a soñar despierta
con un mundo donde no nos separemos,
y todos los “adioses”
queden en un “luego nos vemos”.


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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo:

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