lunes, 17 de diciembre de 2018

Sin editar - Naturaleza atenta

Palabras que se enredan,
miradas que responden;
y en este diálogo del aire,
encontrar nuestro refugio
entre montañas.

Respirar vida en cualquier campo,
recolectar el calor de tonalidades,
comprender sin rumbo...

Cuando el monstruo nace libre
nadie se asusta de sus garras.


martes, 11 de diciembre de 2018

Día libre

Mañanas borradas ante una pantalla,
mil horas de sueño acumuladas entre trabajos
y un reloj de arena envuelto en cenizas.

Estudiar de pequeños era otra cosa,
jugar era nuestro día a día
y reír, la mejor de las tareas.

Nos lavaron la mente.
Nos hicieron creer, que crecer era esto:
invertir el tiempo en perder los momentos de alegría.

Apagaron las llamas de nuestro fuego interno,
cortaron las alas de nuestros dragones,
encadenaron a nuestros amigos invisibles
tan sólo, porque ellos no podían verlos.

Se quedaron con la magia y nos vendaron la ilusión,
apagaron nuestro brillo como quien sopla las velas
y de regalo, moldearon nuestra felicidad,
para hacernos como ellos,
para caber en sus moldes...

Pero que nadie os engañe, niños perdidos,
sacaremos sus espinas de nuestro cerebro en la primera limpieza,
aislaremos los sueños de su oscuridad contable
y llenaremos de segundos los bolsillos
de nuestro gran traje rasgado.

Recuperaremos los parques y liberaremos las cadenas,
volverán a bailar en nuestras manos los peluches
y, tal vez entonces, comprendamos
que las alas no pueden cortarse así de fácil;

queridos hombres grises, bajo la corbata tenéis vuestra fuerza,
quitaros el polvo de ese traje,
dejad de culpar al tiempo...
Yo os concedo
la vida libre.


lunes, 3 de diciembre de 2018

Sin editar - El color de la música

Dejaron de escribirse versos en la arena
y el mar perdió la poesía.

Dejaron de rimar momentos con despedidas
y la sal se tiñó seca de caricias.

Dejaron de jugar en los charcos
y la lluvia perdió su fuerza.

Nos olvidamos del habla
y silenciaron los parques y los columpios.

El futuro culpó al pasado
el tiempo se enredó en excusas
en los relojes se hicieron añicos las horas...

Un viejo visionario se acercó a la barra,
alzó el bastón blanquecino sobre sus gafas negras
arrancó el tocadiscos de la entrada
y volvió a sonar la música.

Las playas estallaron en versos,
el mar trajo oleadas de vida,
la lluvia bailó junto al fuego
y el ciego reconoció al momento
el sonido de la vida,
con todos los colores de su magia.


Foto de Iván Erre Jota


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