Mi
pueblo muerde el hambre
entre
sus manos sucias.
La
lucha
ya
no afecta a sus deudores,
mas
sí a los “daños colaterales”
en
que nos hubieron convertido…
Mi
pueblo muerde el hambre
entre
sus manos cansadas.
Nos
sangran heridas que nos son nuestras;
sangra
la infancia encarcelada,
el
prometido descanso que no llega
la
tan ansiada paz que nos quitaron...
Mi
pueblo muerde el hambre
entre
sus manos ajadas.
Porque
en primera línea de batalla
nos
dejan sólo a los peones
y
aquí
no
hay “enroque” que valga…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: