Uno de esos días
en los que todo te duele,
todo te sangra por dentro
y no sabes ya si respirar
o dejarlo por imposible;
quieres ahorrarte el esfuerzo,
el sufrimiento,
la agónica desesperación
de sentir que todo se ha acabado,
que no queda nada
de lo que consideraste tuyo…
Uno de esos días
en los que el mundo,
tu mundo,
se ha ido a la mierda
(él solito, sin ningún aviso)
y no te ha dado tiempo
de agarrarte a algo
para no caer
en ese agujero de tristeza
que ahora lo envuelve todo.
Uno de esos días
en los que no te quedan lágrimas,
en los que tu garganta
se ha anudado tan fuerte
que no entra el aire…
Uno de esos días
en los que desearías
que no hubiese nadie,
porque ya no hay nadie
en ese lugar
que ocupa tu cuerpo.
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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: