Palabras que se enredan,
miradas que responden;
y en este diálogo del aire,
encontrar nuestro refugio
entre montañas.
Respirar vida en cualquier campo,
recolectar el calor de tonalidades,
comprender sin rumbo...
Cuando el monstruo nace libre
nadie se asusta de sus garras.

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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: