porque tal vez fui yo
uno de esos que opinaron
sin saber y sin razón.
Pero avancé y desaprendí,
tanto odio adquirido socialmente
había hecho mella en mí
y me alejé, para que lo hiciera en ti.
Ahora sé que somos pueblo,
bosque autóctono y perfecto,
donde los árboles viejos
no apagan el brote nuevo.
Donde conviven las especies
en un hábitat interno,
que no trata de igualarse
pues va a alcanzar el mismo cielo.
Lo siento si me ha costado,
si he tardado en reinventarme,
pero creo que hoy lo entiendo:
en tu vestido, mi opinión no tiene hueco.
El mes de junio o el de enero,
el orgullo de ser quien soy
no tiene fecha,
pero ha de ser derecho.
Por eso salimos a las calles
con nuestros colores puestos,
no somos los marginados,
somos población, no resto.
Imagen de @toastchild (instagram) |