me quiebre los labios
y agite los cantos perdidos.
Cuando las aguas se hielen,
se cuaje el rocío
y embravezcan los mares.
Cuando las noches mengüen,
nos falten las horas
y la oscuridad nos aguarde.
Cuando veamos los dientes
entre las ramas del bosque
que hoy nos da cobijo.
Sabremos entonces del valor del aire,
del peso del frío y la fuerza del cielo.
Entenderemos del hambre y de su fiereza,
volveremos a iniciar el ciclo.
Cuando los colores tomen
de nuevo los valles,
y pueble los lechos la vida.
Cuando el sol se alce en lo alto
y las montañas vibren
creando cascadas.
Cuando al despuntar el alba
abramos los ojos ante viejos paisajes
e hinchemos de ellos los pulmones.
Encontraremos entonces valor al silencio,
comprenderemos el eco, distinguiremos el ruido...
y abrazaremos el barro para rehacer nuestro nido.
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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: