viernes, 5 de julio de 2013

Lore y Sandra - cap. 5



Cap. 5


Sandra contestó el teléfono sin demasiado entusiasmo y con un solo ojo abierto, pero al otro lado de la línea sonó la voz de Lore y se despejó al instante, no quería perder la oportunidad de explicarse y arreglarlo con su amiga.

Lorena había dormido poco más de 5 horas, y solo había sido capaz de esperar hasta las 9:30 para llamar. Lo cual había hecho bastante decidida, pero cuando Sandra contestó, no tenía ni idea de qué iba a decirle…

-          Ei! ¿Lore? ¿Eres tú? – Sandra no pudo evitar preocuparse al no recibir respuesta de su amiga al otro lado de la línea
-          Sí…soy yo
-          Lore, lo del otro día… Te quedaste dormida, no… no pasó nada, de verdad – se apresuró a decir Sandra pensando que esa llamada era una despedida.
-          Sandra, cariño, tranquilízate – su voz era dulce y suave, un tono que cogió de sorpresa a la chica que había saltado en la cama ante aquellas palabras – Sé lo que pasó, no estoy enfadada.
-          Pero… huiste – susurró, más para sí misma que para Lorena
-          Lo sé, y lo siento. Te lo explicaré, lo prometo… ¿Qué te parece esta tarde? Me paso por tu casa y respondo todas las preguntas que quieras – marcó las últimas palabras, quería retomar la conversación que no había sido capaz de afrontar el día anterior, en su mente se repetía un “al menos le debes eso” que había estado taladrándole la cabeza desde que había abierto los ojos.
-          Nunca haría nada que no quisieras, lo sabes ¿verdad? – Su mente seguía dando vueltas a las palabras de su subconsciente “Ella creerá que ha pasado algo… porque no ha pasado ¿verdad?” Sandra quería asegurarse de aclarar lo ocurrido, pero la verdad era que no estaba segura de saberlo. Simplemente, necesitaba que supiera que nunca pasaría sin su permiso, eso era lo que más podría dolerle a ella, así que supuso que a Lore también.
-      Lo sé – su voz era sincera, pero a la vez algo burlona. “Si tú supieras” pensó y puso los ojos en blanco. – Bueno, que nos vamos del tema, ¿a las siete en mi casa?
-          Cla…claro – esa voz burlona le había dejado algo desconcertada.

Se despidieron y colgaron el teléfono. Lore miró su habitación y sonrió, creyéndolo todo arreglado, volvería a tener a su amiga cerca. Tras ese pensamiento dudó unos instantes, se puso de pie, “volvería a tenerla cerca” aquello incluía el aspecto físico, la tendría físicamente cerca… Su pulso se aceleró notablemente, aquella cercanía era la que le había hecho huir de la cama, la que había despertado en ella esa tensión en el cuerpo… “¿Qué voy a hacer? ¿Qué se supone que le voy a explicar? ¿Que salí huyendo porque me puse cachonda? No puedo decirle eso…. ¿Y si me vuelve a pasar? Dios, ¿cómo no me va a pasar, con esa carita…?”. Se tiró en la cama de nuevo, tratando de calmarse. Quería estar con ella, quería esa proximidad en todos los sentidos, la quería a ella. Pero estaba aterrada, ¿cómo se iba a tomar Sandra aquello?..

Se quedó allí en la cama, dando vueltas a sus sentimientos, tratando de encontrar sentido a su vida…


Sandra por su parte estaba contenta, por primera vez su subconsciente se equivocaba, Lore no había pensado nada raro, no se había enfadado con ella. Decidió darse un baño, no quería pensar en nada que no fuera recuperar a su amiga. Esa tarde estaría con ella, volverían a jugar, hacer chistes, tontear… La sonrisa de Sandra se fue ensanchando al pensar en ello, y con esa sonrisa se fue al baño, preparó el agua y cerró los ojos. 

-          Sandra, llevas dos horas ahí dentro ¿estás bien?
-          Sí… estoy bañándome – la voz de su hermano al otro lado de la puerta del servicio la había sacado de su limbo personal estrepitosamente – ¿Querías algo?
-          No, no.. es que mamá preguntaba por ti.
-          Vale, ahora salgo

Su hermano siempre tan oportuno… Salió del agua, se secó un poco el pelo, se puso el albornoz y se dispuso a ir a su habitación para vestirse. Una vez en su habitación, se vistió sin mucha prisa con lo primero que pilló; unos vaqueros negros, una camiseta oscura de manga corta y sus converse de imitación.

-          Mamá, ¿me buscabas? – dijo entrando en la cocina y besando a su madre en la mejilla.
-          Sí, cariño. Ve a por el pan, que comemos en una hora
-          Vale, mami

De camino a la tienda no dejó de pensar en Lore, al principio en ella como persona, luego en su amiga y todo lo que habían compartido juntas. Su mente empezó a meterse en temas más serios. Repasó cómo se conocieron, lo mucho que sabían la una de la otra en tan poco tiempo, en los momentos que habían vivido en su semanita juntas, los sitios que para ella habían cambiado desde que la conocía, esos sitios que nunca vería de la misma manera… Recordó sus ojos, aquel brillo la primera vez que se besaron, la tristeza cuando cortaron, las lágrimas contenidas en los últimos días… Pensó en su cara, el color de sus mejillas, las marcas de nerviosismo la primera vez que se vieron después de la ruptura… Su mente dibujó sus labios, tan finos, achicados, contraídos… cerrados en el primer saludo. Y tan rojos, relajados, tranquilos y sensuales tan solo unas horas atrás. Lejos de frenarse, su mente fijó la atención en aquel cuerpo aún misterioso para ella… recordó las piernas, que bajo unos vaqueros cortos, se habían presentado finas, tersas y suaves desde el primer día, unos brazos aparentemente finos, pero que escondían una fuerza al alcance de muy pocos… No olvidó sus pechos, obviamente no los había visto, pero a través de la camiseta se le antojaban bonitos, grandes, suaves… 

-          ¿Qué mierda estás haciendo? ¿Quieres comprar rápido y dejar de pensar… que te pones? – pensó Sandra, frotándose los ojos mientras se dirigía ya hacia la caja.

La compra era poca cosa, pagó rápido en caja y volvió para la comida. Su madre había preparado arroz con pollo, su plato favorito. Su día mejoraba por momentos, sonrió ampliamente guardando la compra y comieron tranquilamente.


Eran ya las siete menos cinco, Sandra estaría al caer. Volvió a mirarse en el espejo y se rió de sí misma por el gesto. Estaba nerviosa por la charla que le esperaba, sabía que tendrían que hablar de sentimientos, de ellas, de Pedro… Lore se había preparado para ello, no había sido fácil, pero estaba lista para poner las cartas sobre la mesa y dejar que fuera Sandra quien decidiera levantarlas.

Sonó el timbre, Lorena respondió con los nervios a flor de piel y abrió la puerta a una Sandra que, aunque no lo pareciera, también temblaba por la charla que se avecinaba.

Se sentaron en el sofá y Lore fue la primera en hablar.

-          ¿Estás enfadada conmigo?
-          ¿Qué? No, claro que no ¿y tú?
-          No.. jeje – se miraron sin saber muy bien cómo empezar la conversación que sabían debían tener.
-          ¿Por qué huiste?
-          ¿Te soy sincera? – Dijo Lore mirándola a los ojos
-          Sabes que sí, siempre – contestó Sandra devolviendo esa mirada penetrante
-          Recordé el día que dejé a Pedro.
-          Lo siento, pero ¿qué tiene que ver eso? Y ¿no se suponía que había sido de mutuo acuerdo?
-          Lo de mutuo acuerdo… no, no fue así, más bien yo le dejé y él lo aceptó y quiero pensar que lo entendió.
-          ¿Pero que tiene que ver con lo de ayer? – Sandra no entendía nada y su cara lo dejaba clarísimo
-          Verás… Fue el día que hablé contigo, cuando creíste que te había engañado con él antes de dejarlo…
-          Recuerdo ese día, no sabía que ya habías cortado con él entonces
-          Bueno, corté con él esa tarde, después de hablar contigo…
-          Lo siento, pero no lo entiendo…
-          Hui de tu cama, porque… - se le cortó el habla, ¿cómo explicárselo? - … sentí algo raro y pensé en ese día, si supieras lo que pasó ese día, creo que lo entenderías. – tras esto no se vio capaz de mirarla a la cara, así que miró al suelo esperando una respueta
-          Pues cuéntamelo – dijo Sandra con voz dulce acercándose a ella. – y no omitas ningún detalle... jeje – trató de calmar el ambiente con una pequeña broma
-          Está bien, pero si empiezo no podré parar, tendrás que escuchar toda la conversación, recuerdo cada cosa que se dijo y puede ser confuso… ¿estás segura de querer oírla?
-          Sí – dijo convencida
-          Está bien…

2 comentarios:

  1. Jaja, Otra que te deja con la miel en los labios.
    Cómo os gusta!!!
    Pues nada, a esperar al siguiente capítulo y que se ponga interesante ;-)

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    Respuestas
    1. jejeje esque si no os dejamos con la miel en los labios no nos aseguramos que leais el siguiente capítulo!!
      tranquila que el viernes lo subo sin falta :P
      gracias por comentar, me hace ilusión que te guste la historia =)

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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo:

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