lunes, 20 de enero de 2020

El cambio

El cielo a veces pesa,
nos duele en los huesos el frío
y nos cierra la boca el viento...

El mundo a veces pena,
nos mantiene los pies en el suelo
y la cabeza gacha, sin elevar los sueños...

Cada estación tiene en la esquina
un nuevo golpe con el que asustarnos,
un gélido frío en invierno,
vientos huracanados en otoño,
polen y alergias en primavera
y olas de calor en verano...

Qué feo el mundo visto desde estas gafas,
qué oscuro el paisaje y qué triste el recuerdo,
no entran rayos de anochecer en tu mirada,
te ganó la humanidad...

Pero no temas. Respira.
Toma mi paño de vida y mi mantita de helechos,
limpia ese gris ceniza que te envuelve;
mira el mundo en su esplendor,
creciendo en los amaneceres.

Disfruta del hielo en diciembre,
juega con las hojas en octubre
y pinta paisajes con los colores de la primavera.

Sólo así llegará el verano con alegría
sonriéndole al sol desde la playa
y sabiendo que la noche traerá el fresco,
que abanicará tus sueños
para airear las memorias
y llevarse las penas bien lejos.

A veces sólo necesitamos bajarnos del miedo,
aprender a ser animales
y que la naturaleza
haga el resto.


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