Mañanas que despiertan brillando;
olor a césped recién cortado,
a flores a la orilla del río, a aire fresco, a libertad…
Días que nacen con ganas,
que devuelven ilusiones,
que conceden todos los deseos.
Hay días que son “ella”,
como mantra en bucle en mi cabeza
(y que no salga):
luchar, sonreír, ganar…
mirar al infinito con los ojos de niño pequeño;
saber que todo es posible
por ella,
con ella.
Hay días, que son (de) “ella”.
Sí…
Pero, sin lugar a dudas,
no hay una sola noche
que no lo sea.
Mis mantas guardan sus caricias,
nuestros sueños se abrazan sin tapujos,
los malditos insomnios se adormecen
y, para iluminar la noche... “Ella”.
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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: