Volveré a desgarrarme el alma
en el mismo instante en que se cierre la herida.
Me abriré vulnerable y sincera,
me daré por completo y sin costuras.
Lo sé,
me conozco.
Podría jurar no repetirlo,
prometer no caer dos veces en la misma piedra...
Pero caeré.
Y tal vez no sean dos, sino tres, cuatro o cuarenta.
Me dejaré llevar por el momento,
pintaré los cielos,
me llenaré la lengua de promesas,
amaré intensa y apasionada.
Quizá nadie me comprenda
o, tal vez, hagamos todos lo mismo.
Reavivaré las ascuas o encenderé hogueras nuevas,
escribiré poesías,
releeré tus promesas...
Si algo me ha enseñado la historia
es que el pasado
jamás será nuestra frontera.

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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: