martes, 20 de agosto de 2013

Mi otro yo - Cap. 9



-9-

 Día de las audiciones

Cómo no, Tati (Marta) fue la primera en llegar. Su espectáculo requería de algo de preparación por su parte; unos estiramientos, efectos de voz, releer el guion que había preparado… En ello estaba cuando escuchó un ruido tras la puerta. Del susto falló en el paso y cayó al suelo de bruces, no tardó ni un segundo en reaccionar, su cara reflejaba el miedo que recorría su cuerpo en un escalofrío que hacía temblar sus huesos. Solo podía ser por una razón, alguien le había estado observando antes de que su obra estuviera lista, y eso lo odiaba más que cualquier cosa. “¿Sería Paula?” No podía dejar que eso pasara, si la reconocía perdería las dos únicas cosas buenas que había tenido en su vida; su única amiga y la oportunidad que “Tatiana Faceless” le había dado. Se levantó rápidamente, cogiendo sus cosas y vistiéndose ya para la audición, rezando porque sus pensamientos fuesen falsos, pero otro ruido en la puerta volvió a sobresaltarla.

-          ¿Quién anda ahí?

Silencio como respuesta, Marta se acercó a la puerta y apuntó con la luz del móvil, al verla allí se asustó, había temido la presencia de Paula, pero verla a ella había sido peor aún si cabe. “¿Qué hacía ella espiándola?

Fue Ari la primera en reaccionar, con una sonrisa pícara al ver la vergüenza reflejada en las sonrosadas mejillas de aquella chica que tanto le había impresionado sobre el escenario y que tan pequeña se veía ahora, acurrucada y zafándose al móvil para controlar el temblor del nerviosismo.

-          Hola ¿vienes a las pruebas?
-         
-          ¿Y qué tal? ¿Haciéndote con el escenario?
-          Bien
-          Jajaja ¡Cuánto monosílabo! Como seas así en el escenario tengo el papel en el bolsillo…
-          No estoy aquí para discutir contigo – dijo enfadada Marta
-          Bueno, si parece que la mocosa sabe hablar…
-          Pero tía, ¿qué te he hecho yo? ¿Tienes miedo de la competencia? Déjame en paz y veremos la verdad en el escenario

Ari no la dejó reaccionar, incluso antes de acabar la frase, se lanzó sobre ella, atrapando sus labios en un baile forzado, Marta trató inútilmente de escapar de aquella pasión repentina en la que se había visto envuelta, pero la suavidad y calidez de aquella lengua buscando la suya seguía pidiéndole una dosis más de aquel veneno al que llaman Pasión.

-          ¡No! – consiguió al fin frenar aquella locura
-          ¿Cómo que no? ¿No te ha gustado? – sonó la voz de Ari, quien retenía a Marta por la cintura – ¿No pretenderás irte dejándome así?
-          Yo no soy así… - Ari la agarró más fuertemente tratando de besarla de nuevo- ¡No! Yo no soy lesb
-          Vale – la interrumpió – tranquila, me ha quedado claro – la dejó espacio – No te preocupes, ¿amigas?
-          ¿Te presentas siempre así? – Ari se sorprendió de la pregunta, Tati la miró y esta bajó la mirada algo avergonzada
-          Ya te han contado estos, ¿verdad? – ante el asentimiento de Tati, la abrazó con su brazo derechó y susurró a su oído - ¿por qué no me juzgas tú? Igual te sorprendo – se alejó de ella y se fue de la sala, haciendo una parada en el último momento – Dame una oportunidad


Paula se despertó bastante animada, no había preparado nada para las audiciones, hasta entonces lo consideraba una pérdida de tiempo, pero un sueño le había revelado algo que realmente le ilusionaba representar. Como buena dibujante, siempre tenía papel y lápiz en la mesita de noche por las posibles ideas que surgieran en la noche. Cogió ese bloc y observó a la luz del día el boceto que había trazado a la luz de la luna; un esquema poco detallado del disfraz y cuatro líneas de monólogo.

Sabía que no tenía demasiado tiempo para prepararlo, así que se puso con el diseño en tela sin haber desayunado. Cortó, midió, pintó, decoró, probó mil formas diferentes hasta dar con el traje con el que había soñado. Al ponerse frente al espejo, sonrió conforme con el resultado. Así vestida, bajó las escaleras encontrándose en el portal con una más que sorprendida madre, la cual suspiró contenta de ver a su hija emocionada por su nuevo hobby.

Entró en la escuela recibiendo los elogios de sus compañeros, directamente enfrentó el pasillo camino al salón de actos. Allí pretendía encontrarse con sus compañeros, con suerte con Marta… pero lo que vio al pasar por la puerta, no era nada de eso. No pudo contener la ira que golpeaba incansable bajo su pecho ante aquella imagen,  había odiado a esa rubia prepotente desde el mismo momento en el que le había dirigido la palabra, y esa impostora que pretendía ocupar el lugar de su amiga no había sido plato de buen gusto; pero ver a las dos juntas, charlando, acaparando el escenario, uniéndose (según ella) en su contra… No pudo más, entró allí gritando, aullando, reclamando su papel en escena.

-          ¡Joder! Que esto no es vuestro puto reino, las butacas donde descansáis no son vuestros tronos, así que dejad de acaparar la puta sala de ensayo, no sois las únicas que os presentáis y tenemos el mismo derecho a practicar cualquiera de los demás.
-          Paula, nosotras..
-    De nosotras – interrumpió Paula imitando su tono de voz – nada, Tatiana. Bastante tengo con aguantarte en clase, no eres mi amiga, no eres mi compañera, así que me da igual lo que pienses o lo que hagas, excepto que me toque los putos cojones
-          Relaja, nueva
-       La que faltaba… ¿siempre tienes que tener la última palabra, rubia? Me da igual lo que estuvieseis haciendo, salid que quiero ensayar.
-          ¿Piensas ganarme?
-          Ya me han advertido de tus chulerías, así que hasta que no sea con respeto, no te dirijas a mí
-          Pero, chicas, no…
-          Calla – interrumpieron las dos a la vez

Tati estaba dispuesta a contestar, pero Ari la cogió del brazo obligándola a dar por finalizada la discusión.

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