lunes, 26 de agosto de 2013

Lore y Sandra - cap. 11



Cap. 11

-          Bueno, me tengo que ir. – remoloneó un poco Lore bajo el abrazo de Sandra
-          ¿No puedes quedarte 5 minutos más?
-          No, cariño, si llego tarde otra vez mi madre me echa de casa
-          Mmmmmm… Está bien, pero dame un beso.
-          Tonta

Así se despidieron ante el portal de Lore como las dos últimas semanas, con un beso entregado y la felicidad reflejada en los ojos.

En aquel tiempo, habían decidido empezar de cero, sin celos, sin broncas… y así consiguieron total confianza la una en la otra. Pero por otra parte, eso también había conllevado que pasaran mucho tiempo juntas, cosa que a ellas les encantaba, pero a sus amigos no tanto.

Sandra no tenía problemas, sus amigos sabían que estaba saliendo con Lore y aquello les hacía felices a las dos. Incluso habían quedado todos juntos en alguna ocasión y las veladas eran siempre amenas y divertidas. Estaba muy contenta, empezó a creer que su vida era perfecta, tenía unos amigos geniales, la chica de sus sueños y lo mejor de todo, congeniaban, no tenía que ocultarse de nadie ni hacer malabares para cuadrar horarios y poder verles a todos sin enfados. Pero todo ello se veía quebrado cuando Lore llegaba con cara de haber discutido una vez más con su gente.

Entre los amigos de Lore se encontraba su ex, Pedro, que era la única persona a la que le había contado que salía con Sandra, y que, muy lejos de enfadarse o dejarla de hablar, había mediado en las disputas que originaba el que Lore quedara menos con ellos y no les contara nada de lo que hacía en ese tiempo ni con quien estaba. Miriam, su mejor amiga, era la peor en ese tema; insistía en que le contara más cosas de ese novio que se había echado y que, por alguna razón, guardaba en secreto, lo cual causaba que las demás empezaran a hacer preguntas y conjeturas que traían de cabeza a Lorena.

En más de una ocasión, los encuentros de la pareja se habían dedicado por completo a calmar la angustia y las lágrimas que provocaba en Lore el pelearse con su gente, como Sandra los llamaba.


Estaba Sandra esperando, como siempre, a Lore a la salida de clase cuando la vio acompañada de Miriam y Pedro, los conocía, ninguno estudiaba en el mismo instituto que su chica, así que su presencia allí suponía que se avecinaban problemas.

-          Hola, Sandra, ¿cómo tú por aquí?
-      Cuanto tiempo, Miriam. Venía a recoger a una amiga, que me pilla de paso. – Continuó mirando a Lore en busca de una pista porque no sabía qué contestar.
-          Pues creo que ya han salido todos, así que se habrá olvidado.
-          Lo dudo, no es el primer día que vengo. – Ese tono de voz con el que había insinuado un plantón, le había puesto de mal humor, si no lo hacía Lore, se lo contaría ella misma. – por cierto, no os he visto nunca por aquí, ¿a qué se debe?
-          Venimos a visitar a Lore, que casi no se la ve el pelo – contestó Pedro con una sonrisa fingida.
-          Han venido a darme una sorpresa – intervino Lore a modo de explicación – es que es cierto que hace tiempo que no quedo con ellos.
-          Bueno, pues nada, pasadlo bien. – Sandra se dispuso a pasar de largo
-          Espera! – Se volvió al grito de Lore – No es justo.

La cara de asombro era compartida por los tres, Miriam porque no sabía a qué se refería, Pedro y Sandra por todo lo contrario, eso significaba que iba a decirlo, le diría a su mejor amiga que la razón por la que no quedaba tanto con ellos era una chica, que los mensajitos que había leído en su móvil (a escondidas, claro) eran de una chica, pero sobre todo, que la persona de la que tanto y tan bien le había hablado y que ella había apodado “novio” era una chica, en concreto esa que tenía en frente y con la que parecía tener una disputa considerable.

-          Lore, ¿qué pasa? Vamos a mi casa, no creo que ella pinte nada allí.
-          No tiene nada que ver con eso, Miriam.
-          Pues suéltalo ya, que me estás empezando a poner nerviosa.

Sandra miraba a Lore expectante, por una parte quería que saliera ya del armario, pero algo le decía que no era el mejor momento para ello.

-          Está bien, lo diré sin más, al fin y al cabo no es nada malo. – tomó aire – La chica a la que ha venido a buscar Sandra, soy yo. Viene todos los días y, antes de que digas nada, - interrumpió a Miriam que trataba de hablar – sí, ella es la persona de la que te he estado hablando… Es mi… - miró a Sandra, esta trató de darle fuerza cogiéndole la mano. Lore suspiró y terminó la frase mirándola a los ojos con una gran sonrisa – …mi novia.
-          ¿ELLA?
-          Sí, ¿te molesta?
-          No, es que… tú con una chica – dijo Miriam, más para sí que para el resto.
-          Miriam, yo la quiero
-          Y yo a ella – dijo Sandra con el tono más dulce que pudo
-          Por eso cortasteis – miró a Pedro - ¿Y no vas a decir nada?
-          No, yo ya lo sabía
-          ¿Lo sabías? – Miriam no podía asimilar tanta información de golpe
-          Sí, fui yo quien animé a Lore a intentarlo de nuevo.
-          ¿Entonces no te importa?
-          Ellas son felices y Lore está bien. Eso sí, - se dirigió a Sandra – si ella se queja o le haces daño te las verás conmigo
-          No será necesario, no voy a dejarla escapar otra vez.
-          ¿lo ves, Miriam? Pedro lo entiende, yo estoy feliz y con ella me siento a gusto. Vuelvo a preguntarlo, ¿te molesta?
-          No – suspiró, se relajó y muy sonriente añadió – Si sois felices, por mí bien.

Sandra se sorprendió de lo bien que había salido todo y lo relativamente fácil que había sido, pero le encantó aquella sorpresa, al fin cesarían las broncas y pasarían sus veladas queriéndose, riendo y pasándolo en grande.

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