viernes, 25 de septiembre de 2015

Sin Editar - Empeñados




Empeñados
en contar las heridas sin historia
detrás de cada lágrima,
dejaron de secarlas;
y de sus mejillas
pudieron surgir las flores,
que acariciaron sus miedos
hasta que pudieron dormir nuevamente
a solas.

2 comentarios:

  1. muy muy bueno ¡¡¡¡¡¡¡ eres una genio, jajjaja

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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo:

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