domingo, 20 de marzo de 2016

El odio

Odio el paso de las horas.
Detesto lo relativo,
a Murphy y sus leyes,
al karma
y al maldito horario de autobuses.

Odio los centímetros,
que separan tus labios de los míos;
la mirada, que no alcanza a verte
y este asqueroso reflejo en el cristal,
que me recuerda que mi sonrisa
ya no sale a saludarte.

No soporto
ver mi pelo peinado
cuando tus manos ya no bucean en él,
necesitar el abrigo
porque ya no me abrazan tus alas,
volver a ponerme los cascos
para aguantar este viaje sin tu voz.

...

Detesto
los domingos
que no puedo verte sonreír.




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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo:

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