viernes, 25 de marzo de 2016

De repente



Y de repente todo mal.

La risa se pierde,
el grito no aúlla a la luna,
el pecho duele,
las lágrimas no quieren romper
la presa de los ojos
y la puta disciplina te dice
que este
no es el lugar adecuado
para mostrarse débil…

Y de pronto todo mal.

El mundo pesa,
la música marea,
las piernas no responden,
el hielo quema…
¡Todo a la mierda!
Las piedras nos lanzan al vacío,
el cielo nos acecha,
y hasta el horizonte
amenaza con alcanzarnos
                        enseñando sus dientes.

Y en un segundo todo mal.

La tierra se muere
y parece
que ni El Mismísimo
piensa asistir a su entierro.


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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo:

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