BAILE
DE SILLAS
Cap 8 –
Me
quedé en la cama, tumbada boca arriba con los ojos cerrados. No quería ver nada
ni pensar en nada, pero no podía dejar de repetir mentalmente la historia de
Marie, ¿de verdad Aly era así? ¿Qué pasaría ahora conmigo? ¿Soy su enemiga?
Por
su parte, Marie y Buffy se habían parado a la puerta del hotel, no entendían
qué había pasado.
-
¿Cómo es posible que eche a la pobre
chica sólo por saber la historia? No ha hecho nada, no es justo
-
Ya, Marie, pero ya sabes cómo es Alicia,
si algo no sale como ella quiere, tiene que destruirlo.
-
Pues que la den, ¿quién es ella para
joderle así la vida a nadie?
-
Sabes que no es de mi agrado, pero
tampoco hay que exagerar, no le ha hecho nada
-
Buffy – la miró a los ojos y dijo muy
seria – le ha echado de la familia, ¿sabes lo que eso puede significar para
alguien como Sofía?
- Sí, a ti te pasó y mi hermana a punto
estuvo, sé lo que sentís, pero luego os va bien, tú eres la prueba de ello
- A mí me ha ido bien gracias a ti, si no
ya sabes que me habría vuelto loca. – se abrazaron, se dieron un beso y al
separarse Marie añadió – Sofía, sin embargo, no tiene a nadie.
- Nosotras podemos ayudarla, si ella
quiere. Lo que necesita son amigas, ¿no? Pues aquí tiene dos.
-
¿Y qué pasa con Will?
- Sabes, tan bien como yo, que quiero que
Will salga de esa estúpida “familia” desde que nos enseñaste cómo es Alicia,
¿qué mejor oportunidad?
-
Ella no va a querer, si no se habría ido
ya
- No, no lo ha hecho porque no sabe qué
hacer, es lo malo de ser parte de las populares, que luego no sabes qué hacer
en la vida real.
-
Bueno, tranquila, hablamos con ella y se
lo decimos, ¿te parece?
-
Está bien, pero espero que se dé cuenta
ya de que Alicia es mala influencia.
Salieron
cogidas de la mano, camino a casa de Buffy y Willow.
Los
Rollernoters estaban readaptando sus coreografías nuevas para paliar la
ausencia de Sofía en ellas, tal como había dicho Aly. Esta, por su parte, se
había ido a la otra sala, la de representaciones, y estaba repasando
movimientos de flexibilidad y autocontrol.
Willow
entró entonces en la sala y se puso a estirar en la parte de atrás para que Aly
no la viera. Quería hablar con ella, era una de las que mejor conocía a Aly, al
fin y al cabo, era la única que se había enfrentado a ella, le había visto en
las buenas y en las malas y sabía cómo era. Se podría decir que eran mejores
amigas, y las riñas que habían tenido sólo habían conseguido acercarlas más.
Ese era el motivo por el que Will no salía de los Rollernoters y por el que Aly
no la echaría nunca. Se necesitaban la una a la otra, Will para mejorar en la
pista de baile y tener alguien con quien debatir de los temas más polémicos
(pues el resto se limitaban a darle a la razón), Aly para mejorar como persona
y para que alguien la parara los pies cuando se pasaba de cabezota.
Por todo esto, Will
sabía que Aly no hacía aquellos ejercicios así porque sí, sólo en ocasiones muy
contadas en las que una situación la superaba física y mentalmente.
Aly estaba practicando
una maniobra de defensa personal que consistía en una sucesión de patadas y
giros bajos, era de las más difíciles que sabía, así que Will supo que la cosa
iba mal…
-
Cada vez te sale mejor, espero no ser
nunca tu oponente – dijo a su espalda
-
Will, me has asustado, ¿qué haces aquí?
-
Hablar contigo, ¿qué te pasa, Al?
-
No me pasa nada, quería hacer algo de
ejercicio, nada más
-
Venga, que no soy Rocío, a mí no me
engañas tan fácilmente
-
¿Y si te digo que no quiero hablar de
ello, me dejarías sola?
-
No, porque yo sí que quiero hablar de
ello
Will
detuvo el golpe que Aly le lanzaba, pues se había puesto a ensayar con ella
para poderle hablar.
-
Está bien, ¿qué quieres que te diga?
-
Todo, como siempre.
Entre
golpe y golpe, Aly fue poniendo al día a su amiga. Se movían perfectamente
sincronizadas, no era la primera vez que entrenaban juntas ni pretendía ninguna
ganar la batalla, así que se limitaban a dejarse llevar físicamente mientras
sus cabezas se centraban en la lucha verbal que mantenían para poder ponerse de
acuerdo en el tema principal; Sofía.
-
Bueno, al menos hemos cambiado, ya no es
el mismo tema de siempre
-
No me hace gracia, Will
-
Pues a mí sí, me tenías harta ya con lo
de Marie
-
Y Buffy, no te olvides de tu propia
hermana
-
No podría, pero ya sabes que ese tema no
es discutible
-
Lo sé, tranquila, volvamos al tema
principal
-
Sofía.
-
¿Qué más quieres que te diga?
-
Pues… ¿qué vas a hacer ahora?
-
¿Qué quieres que haga? ¡Si la he echado!
-
Puedes pedirle que vuelva
-
¿Y los chicos?
-
Pues te reñirán por hacerles cambiar las
coreos a lo tonto, pero estarán encantados de que vuelva, la hemos cogido
cariño, ¿sabes?
Y
así siguieron un buen rato, sin llegar a una conclusión clara.
…
Me
desperté de esa siesta improvisada cuando sonó el timbre y la voz del botones
anunciando que tenía visita
-
Y
ahora sí lo anuncia – pensé – ¿Quién es?
-
La señorita Willow, ¿la dejo pasar?
-
Sí, sí, que pase
¿Le habrá dicho algo su hermana? Me
van a volver loca…
-
Sofía, hola, ¿te he despertado?
-
Sí – me incorporé en la cama – pero no
pasa nada, ya se me estaba alargando la siesta.
-
Quería hablarte de Aly
-
No creo que haya nada que añadir, me ha
echado y ya está
-
Pero…
- Mira Will – la interrumpí – me caes
bien, de verdad, y me da mucha pena dejar atrás a los Rollernoters, pero estoy
fuera, no hay más que hablar, si Aly quiere añadir algo más, que venga ella en
persona.
-
Tienes razón.
-
¿Algún otro tema del que quieras hablar?
¿Quieres tomar algo?
-
No, gracias, supongo que no tengo nada
más que contarte, será mejor que me vaya y le lleve el mensaje a Al.
-
Es lo mejor, sí.
Se
fue con un simple “Adiós” y ahí me quedé de nuevo hasta las narices de tratar
de esa manera a alguien que no solo no me ha hecho nada, sino que me ha
ayudado… ¿Qué me está pasando? ¿Será eso
que decía Marie de volverse loca? En fin, será mejor que me ponga a hacer los
deberes, así no pienso en otra cosa.
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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: