¿Cómo es posible
que te echen de menos
mi pecho desnudo,
mi lengua solitaria
y estas manos viajeras
que anhelan llegar a tu estación?
¿Cómo es posible
que te echen de menos
ahora que mi corazón y mi mente
ya te han dicho adiós?
Por las historias que rondan tu mente. Por las ganas de cambiar el mundo. Por las rimas. Por la música. Por el arte... El primer puercoespín enamorado de las letras comparte sus cuadernos de poesía. Cuidado, puede ser muy dulce o utilizar sus púas.
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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: