Tengo
manchas en la alfombra
de cada
muerte que he leído;
cinta
blanca, por las que he causado;
y sangre
en las manos,
de mi
propio pecho herido…
Por las historias que rondan tu mente. Por las ganas de cambiar el mundo. Por las rimas. Por la música. Por el arte... El primer puercoespín enamorado de las letras comparte sus cuadernos de poesía. Cuidado, puede ser muy dulce o utilizar sus púas.
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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: