Hay
días de primavera
que
se cuelan por el espacio-tiempo
creando
paradojas.
Días
despistados,
que
no saben que ya es diciembre
y
suben la temperatura.
De
esos días,
en
los que cobran vida sus fotos
y
hacen renacer esa risa
que
yo ya creía congelada.
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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: