viernes, 3 de febrero de 2017

Llorar o no llorar

Hace tanto que no lloro,
que casi creo que lo he olvidado.
Mi cuerpo se comprime,
el pecho se me rompe,
el corazón se esconde
(casi siempre por motivos vanos)…
Pero ya no quedan lágrimas.

Hace tanto que no lloro,
que me he acostumbrado al peso
de llevar el pecho hinchado,
y no de orgullo;
de ansiar gritar y reír a carcajadas,
sin mirar a quién molesta el estruendo;
de no poder llorar con una película para niños,
ni sentir
ni dejarme sentir…

Hace tanto que no lloro,
que temo haber perdido
mi salida de emergencia,
mi calma después de la tormenta,
mi chaleco anti-cordura…

Hace tanto que no lloro,
que por fin me he dado cuenta
de que llorar por dentro
es la peor de las tempestades;
esa
en la que las nubes
deciden quedarse contigo

hasta llenarte por completo,
hasta sentirte del todo vacía…

Hasta ahogarte.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo:

Lo más leído