Al final se trata de saber huir,
de alejarse del daño sin mirar atrás,
de no mantener contacto con quien fuiste...
Aparentar tan bien que hasta llegues a dudarlo.
Inventarte el futuro que siempre quisiste
y dejar que todo lo demás se adapte hasta "lograrlo".
No es cuestión de destino,
sino de elegir bien el viaje
y bajar en la parada que mejor se adapte,
a ser posible con el menor número de bajas.
Al fin y al cabo no somos más que eso:
pasajeros, navegantes, transeúntes...
tan únicos y tan iguales
como el resto.

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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: