Te diluyes,
te evaporas,
te deshaces en mi mente,
o tal vez sea sólo que te olvido.
Vuelve el miedo a mis memorias,
al pensar que ya no tengo tan siquiera
el eco de tu nombre en los oídos,
el recuerdo de tu piel color caliza,
tu sombra en la madrugada borrosa
donde di mi primer beso...
No sé si fueron tus labios,
si sabían a esperanza o a delirio,
si fui yo quien se abrazó a tu cintura
o tus manos, resbalando por mis hombros,
los que me unieron a tu olor
por otra vida.
He perdido la ilusión de tu mirada,
tengo el sabor en la lengua
de todas las fantasías apalabradas,
pero no guarda imagen alguna
mi migraña indefinida,
y si trato de reencontrarme en tu figura
siempre llega el miedo a contraluz
tapando todos los rasgos
ajenos a tu sonrisa.
Por las historias que rondan tu mente. Por las ganas de cambiar el mundo. Por las rimas. Por la música. Por el arte... El primer puercoespín enamorado de las letras comparte sus cuadernos de poesía. Cuidado, puede ser muy dulce o utilizar sus púas.
domingo, 16 de febrero de 2020
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