¿Y si esta noche cambiamos el mundo?
Ese maravilloso, cuando, a nuestro alrededor, tus manos me bailan la cintura...
Aquella en la que llevaba colgada un mar de contradicciones.
Siempre nos gustaron las dicotomías
Dudando entre dar un paso o desistir
de comernos a besos.
Esos que sosiegan la sed de mi alma
y suben como una enredadera por tu cuerpo,
que es tan sólo un envoltorio,
que puede acabar en la papelera.
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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: