viernes, 5 de diciembre de 2014

Baile de sillas - cap. 10



BAILE DE SILLAS

Esta historia trata de una chica algo frustrada cuyo único sueño es bailar. Lo consigue al llegar al instituto nuevo en LA, la única pega es que para hacerlo ha tenido que mentir. Cuando llega al instituto ha tenido un problema en las piernas y va en silla de ruedas, al principio piensa que es un gran problema, pero descubre que gracias a ello encaja a la perfección y es totalmente aceptada por sus compañeros, cosa que rara vez le había pasado. Pensó que era su silla de ruedas lo que gustaba a la gente, así que aunque ya no necesitaba la silla, la seguía usando. Estuvo bailando con ella, cantando y encajó perfectamente en un grupo que se hizo famoso, no solo en el instituto, sino también a nivel estatal. Es en ese grupo donde conoce a una chica de la que se enamora, aunque al principio hay problemas por su miedo al rechazo, finalmente salen juntas y todo es perfecto, hasta el momento en el que la descubre bailando de pie y todo se desmorona. ¿Qué hará esa chica al saberlo? ¿Y la protagonista, volverá a bailar?






Cap. 10 –

No entiendo lo que ha pasado, no sé qué pensar, quizás vosotros podáis ayudarme, permitidme que os cuente todo lo que ha pasado desde que os escribí por última vez.

Era medianoche y yo aún seguía allí en el parque mirando las palmeras, la fuente, la luna… Había estado pensando en qué sentía y en qué quería hacer ahora: Aún queda la mitad del curso, la representación, la graduación… Haciendo cálculos quedan como 4 o 5 meses todavía de estar en LA… Tendré que plantearme entrar en algún otro grupo o hacer algo para no aburrirme demasiado en ese tiempo.

Había estado tan absorta que ni me había dado cuenta de la hora que era, menos mal que en el hotel no estaba mi madre esperando porque si no me habría echado una buena bronca.

Rodé la silla por el parque para mirarlo una vez más antes de volver, pero me quedé de piedra cuando vi que alguien entraba y se sentaba en el banco, justo al lado de donde había estado yo hace poco más de unos segundos. Decidí no acercarme, por si acaso, y me quedé detrás de la fuente mirando el cielo estrellado.

A los dos minutos, recibí un mensaje de Marie: “Tengo que hablar contigo”. Lo ignoré, ya me habían liado demasiado la cabeza y acababa de decidir que iba a pasar de ellas el resto del curso. Ella insistió, al rato me llegó otro mensaje: “TENGO que hablar contigo”. Me pareció curioso y me planteé contestar por saber qué quería, pero volví a ignorarlo. Tras cinco minutos recibí una llamada suya y, no sin dudarlo, colgué.

Estaréis pensando que no ha pasado nada demasiado inusual hasta ahora, quizá es porque quiero contaros cada detalle por ver qué pensáis vosotros, intentaré ir más rápido.

Me pareció ver que la persona que había entrado en el parque también estaba ignorando mensajes del móvil, pero en su momento no le di importancia.

Era ya la una de la mañana y, por suerte o por desgracia, Marie no había vuelto a insistir. Decidí salir ya del parque aunque la persona aquella siguiera allí. Justo al pasar a su lado, levantó la cabeza y me saludó:

-          Hola, Sofía

Parecía haber estado llorando y sonaba muy cansada, pero era una voz dulce y familiar. Aún sin girarme contesté.

-          Hola, me iba ya a casa, ¿necesitas algo?
-          No… O tal vez sí, no lo sé…
-          ¿El qué?
-          A ti

Fue entonces cuando me giré y vi la cara, hinchada por el llanto, de Aly. No reaccioné, me quedé mirándola sin saber qué hacer o decir.
-          No tienes que decir ni hacer nada… Pero me gustaría saber algo

Asentí suavemente, de forma casi imperceptible

-          ¿Me odias?

    Ciertamente, no me esperaba la pregunta, pero antes de contestar pensé largo y tendido sobre qué sentía realmente. Creí que se cansaría de que la mirara sin decir nada, pero pasaron 3 minutos y ninguna había variado su expresión.

    Seguí sin contestar porque no sabía el qué, pero alargué la mano hasta casi rozarle la cara y la dejé allí sin más, como única respuesta.

    Aly miró mi mano por el rabillo del ojo y acercó la cara lentamente para acabar la caricia que no le había dado yo. Dejó allí la cara un rato y lo mismo hice yo con la mano.

-          Me gusta tu mano – dijo al apartar la cara
-          Gracias – susurré yo.
-          Sé que tengo mucho que explicarte…

No quería oír nada del tema, al menos no entonces, así que me dejé llevar por lo que sentía y le di un beso en los labios.

Y así, en mitad de la noche, después de que decidiera que no quería volver a saber nada de ella ni de su grupo, después de que me echaran y de pasar uno de los días más aburridos y a la vez más intensos de mi vida, Aly y yo nos dimos el mejor beso que han dado hasta ahora.

Como esto no es una película, y no hay un barrido en negro y ya es el día siguiente, cuando acabó el beso ninguna de las dos sabíamos muy bien qué hacer o decir, por lo que salí de allí tan rápido como me dejó la silla y al llegar al hotel caí rendida en la cama.

Esto es lo que pasó anoche, ahora son las 11 de la mañana del día siguiente y estoy en mi habitación acabando los trabajos para mañana, tengo 20 llamadas perdidas en el móvil, 30 WhatsApps, 5 mensajes y un par de e-mails. Sospecho que ni si quiera el 20% son de Aly, pero no quiero arriesgarme a comprobarlo, así que creo que hoy me voy a quedar en casa y ya hablaré con ella y con el resto del mundo cuando tenga un poco claro lo que está pasando.

Hasta aquí la entrada de hoy, siento que haya sido así de corta, pero realmente necesito que alguien me explique qué está pasando o me voy a volver loca, así que.. 

¿Qué decís, qué haríais vosotros en mi lugar?

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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo:

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