El mar, con voz ronca y cansada,
en el romper de las olas,
protesta en nombre de la vida…
Una vida moribunda entre las aguas,
cuyo funeral presiden
peces de plástico viejo.
Los rayos de un sol kamikaze
iluminan el camino tras el túnel
y la vida, más que sucia, exhausta,
emprende el viaje sin retorno
al mundo más allá de la cascada…
La rabia, en su extraña forma de espuma,
expande su horror por las rocas
y espera, ingenua e ilusa,
que llegue al cielo su grito,
que lo oiga el género humano,
que frene el puto asesino
que tanto daño ha causado…
Una vida moribunda entre las aguas,
cuyo funeral presiden
peces de plástico viejo.
Las olas no gritan “auxilio”,
prefieren salir a la tierra,
plantar cara a su verdugo
y, mirándole a los ojos como iguales,
levantar el puño y jurar venganza.
Por las historias que rondan tu mente. Por las ganas de cambiar el mundo. Por las rimas. Por la música. Por el arte... El primer puercoespín enamorado de las letras comparte sus cuadernos de poesía. Cuidado, puede ser muy dulce o utilizar sus púas.
martes, 19 de mayo de 2015
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