martes, 30 de septiembre de 2014

Sin remite ni destinatario 1

Hay tantas cartas que quise enviar y no tuve valor para hacerlo, tantas emociones que dejé sobré el papel y que nadie leyó, tantos sentimientos enfrentados... que quiero ir sacando a la luz algún que otro escrito, inaugurando esta "sección" de Sin remite ni destinatario:



Ojalá pudiera regalarte la belleza del atardecer, 
el calor de aquella hoguera, 
la luz idílica que tiene hoy la luna,
el suave hormigueo del primer amor...

Quién fuera capaz de pintar tu sonrisa 
para que la vieras con los mismos ojos 
con que yo un día la dibujara, 
de acariciar tu fina piel con la yema de los dedos...

Envidiaría a todo aquel que se perdiera en tu pelo
como yo me perdí en tus ojos,
y en esa forma tan tuya de mirar.

No me diste la oportunidad de amarte,
mas si ahora me la dieses,
que honor sería hacerlo como mereces...

sábado, 27 de septiembre de 2014

El penúltimo verso

Recogí mi viejo bolígrafo del suelo
tras haberlo tirado la rabia,
intenté recuperar la cordura
pero no fue tan sencillo escribir de nuevo.

Mi mundo ya no era el mismo de antes
la madurez llamaba a mi puerta
pero no podía más que negarme
¿qué sería de mí sin la imaginación de la inocencia?

¿Cómo podía nadie pedirme aquello?
No podía perder la infantil ensoñación
ni mucho menos su recuerdo.

Me aferré al deshilachado peluche
que un día fue mi fiel compañero
y al fin escribí, de esta historia, el penúltimo verso.


domingo, 21 de septiembre de 2014

Sin editar - El puzzle

Aun no han hecho una banda sonora
acorde a mis sentidos,
ni un planeta que coincida con mi vida.
Parece que en la vida no hicieron 
un hueco pensando solo en mi,
y lejos de apenarme, me alegra que así sea.

El ser humano parece un puzzle hecho a piezas,
que se pasa la vida pensando en encajar 
a imagen y semejanza de la imagen de la tapa.

Yo seré la pieza esa que trató de huir
que se tiró de la caja, huidiza y alocada, 
buscando libertad,
y al final quedó partida, magullada,
sintiéndose distinta.
Libre, al fin.

sábado, 20 de septiembre de 2014

Te recomiendo...

1. Canción / cantante: Georgina, Me enamoré

2. Saga libros: The Giver

3. Serie: Avatar, la leyenda de Aang
y la segunda parte: Avatar, la leyenda de Korra



Espero que os gusten, a mi me han encantado (bueno, Avatar aún no la he acabado, pero me está encantando).
Dejad vuestra opinión en los comentarios =)

martes, 16 de septiembre de 2014

¿De dónde sales pequeño duendecillo? - Selene



¿Os acordáis de Selene? Pues nos hemos vuelto a proponer el reto del dibujo, esta vez yo he hecho el dibujo (aunque no es mi fuerte, como podéis ver) y ella ha escrito. Espero que os guste =)


¿De dónde sales pequeño duendecillo?

Que viniste aquí para perturbar mi mundo, cambiar mi mente y poner mi lógica y mis creencias patas arriba.

¿De dónde sales pequeño duendecillo?

Que me hiciste perder la cabeza por unos segundos, para luego encontrármela con un beso

¿De dónde sales pequeño duendecillo?

Que me hiciste subir a las estrellas, para poder contemplar desde allí tu suave y delicada belleza, pero...

¿De dónde sales pequeño duendecillo?

Que llegaste justo en el mejor momento para hacerme ver lo tierna y hermosa que es la vida.

No sé de donde saliste pequeño duendecillo.

Lo único que sé, es que ella era el sol, la luna, las estrellas, el viento, la naturaleza, cada animal que revoloteaba libremente a nuestro alrededor, cada pez que se acercaba ansioso a la superficie para buscar comida.

Era ella, esa chica de ojos verdes como la naturaleza, como la esperanza, como la vida, el único ser capaz de salvarme de mi cautiverio, de cómo ver la vida con otros ojos, más allá de la mera apariencia de un mundo hostil lleno de trampas.

Era ella…




lunes, 15 de septiembre de 2014

Bella durmiente


Me quedé mirándote embobada;
tu pelo revuelto, el rímel corrido, la mirada cansada…
Luchabas con tu sueño sin ánimo de ganar,
y yo con las ganas locas de abrazarte que recorrían mis entrañas.
Y quise acercarme a tu boca,
de secreto,
sin que nadie perturbara tu sueño.

Quise acariciar tus mejillas por última vez, 
y quitarte ese mechón que siempre cae sobre tu ojo derecho.
Arroparte en mis brazos invisibles y acunarte suavemente,
que mi espíritu, alma o lo que sea,
te acompañara esta fría noche para decirte lo que siento.
Que no hicieran falta palabras
y que las emociones fuesen el único argumento.

Al poder contemplarte una vez más,
allí durmiendo,
mi mano se movió sola hacia tu rostro
y fue una lucha encarnizada detenerla.
Te acaricié con la mirada, mientras pude, y deseé que no me vieran
Sé la cara de boba con que debí mirarte,
esa que imagino ya haya sido captada por tus amigas
y de la que supongo os estéis riendo en este momento.

Se me saltaron las lágrimas al comprender que no podría hacerlo,
que el abrazo, que mil noches te doy en sueños, no será real
y que mi voz, no suena mía cuando es a ti a quien dirijo mis palabras.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Baile de sillas - Cap. 8


BAILE DE SILLAS

Esta historia trata de una chica algo frustrada cuyo único sueño es bailar. Lo consigue al llegar al instituto nuevo en LA, la única pega es que para hacerlo ha tenido que mentir. Cuando llega al instituto ha tenido un problema en las piernas y va en silla de ruedas, al principio piensa que es un gran problema, pero descubre que gracias a ello encaja a la perfección y es totalmente aceptada por sus compañeros, cosa que rara vez le había pasado. Pensó que era su silla de ruedas lo que gustaba a la gente, así que aunque ya no necesitaba la silla, la seguía usando. Estuvo bailando con ella, cantando y encajó perfectamente en un grupo que se hizo famoso, no solo en el instituto, sino también a nivel estatal. Es en ese grupo donde conoce a una chica de la que se enamora, aunque al principio hay problemas por su miedo al rechazo, finalmente salen juntas y todo es perfecto, hasta el momento en el que la descubre bailando de pie y todo se desmorona. ¿Qué hará esa chica al saberlo? ¿Y la protagonista, volverá a bailar?





Cap 8 –

Me quedé en la cama, tumbada boca arriba con los ojos cerrados. No quería ver nada ni pensar en nada, pero no podía dejar de repetir mentalmente la historia de Marie, ¿de verdad Aly era así? ¿Qué pasaría ahora conmigo? ¿Soy su enemiga?

Por su parte, Marie y Buffy se habían parado a la puerta del hotel, no entendían qué había pasado.

-       ¿Cómo es posible que eche a la pobre chica sólo por saber la historia? No ha hecho nada, no es justo
-          Ya, Marie, pero ya sabes cómo es Alicia, si algo no sale como ella quiere, tiene que destruirlo.
-          Pues que la den, ¿quién es ella para joderle así la vida a nadie?
-          Sabes que no es de mi agrado, pero tampoco hay que exagerar, no le ha hecho nada
-          Buffy – la miró a los ojos y dijo muy seria – le ha echado de la familia, ¿sabes lo que eso puede significar para alguien como Sofía?
-       Sí, a ti te pasó y mi hermana a punto estuvo, sé lo que sentís, pero luego os va bien, tú eres la prueba de ello
-      A mí me ha ido bien gracias a ti, si no ya sabes que me habría vuelto loca. – se abrazaron, se dieron un beso y al separarse Marie añadió – Sofía, sin embargo, no tiene a nadie.
-         Nosotras podemos ayudarla, si ella quiere. Lo que necesita son amigas, ¿no? Pues aquí tiene dos.
-          ¿Y qué pasa con Will?
-     Sabes, tan bien como yo, que quiero que Will salga de esa estúpida “familia” desde que nos enseñaste cómo es Alicia, ¿qué mejor oportunidad?
-          Ella no va a querer, si no se habría ido ya
-        No, no lo ha hecho porque no sabe qué hacer, es lo malo de ser parte de las populares, que luego no sabes qué hacer en la vida real.
-          Bueno, tranquila, hablamos con ella y se lo decimos, ¿te parece?
-          Está bien, pero espero que se dé cuenta ya de que Alicia es mala influencia.

Salieron cogidas de la mano, camino a casa de Buffy y Willow.

Los Rollernoters estaban readaptando sus coreografías nuevas para paliar la ausencia de Sofía en ellas, tal como había dicho Aly. Esta, por su parte, se había ido a la otra sala, la de representaciones, y estaba repasando movimientos de flexibilidad y autocontrol.

Willow entró entonces en la sala y se puso a estirar en la parte de atrás para que Aly no la viera. Quería hablar con ella, era una de las que mejor conocía a Aly, al fin y al cabo, era la única que se había enfrentado a ella, le había visto en las buenas y en las malas y sabía cómo era. Se podría decir que eran mejores amigas, y las riñas que habían tenido sólo habían conseguido acercarlas más. Ese era el motivo por el que Will no salía de los Rollernoters y por el que Aly no la echaría nunca. Se necesitaban la una a la otra, Will para mejorar en la pista de baile y tener alguien con quien debatir de los temas más polémicos (pues el resto se limitaban a darle a la razón), Aly para mejorar como persona y para que alguien la parara los pies cuando se pasaba de cabezota.

Por todo esto, Will sabía que Aly no hacía aquellos ejercicios así porque sí, sólo en ocasiones muy contadas en las que una situación la superaba física y mentalmente.

Aly estaba practicando una maniobra de defensa personal que consistía en una sucesión de patadas y giros bajos, era de las más difíciles que sabía, así que Will supo que la cosa iba mal…

-          Cada vez te sale mejor, espero no ser nunca tu oponente – dijo a su espalda
-          Will, me has asustado, ¿qué haces aquí?
-          Hablar contigo, ¿qué te pasa, Al?
-          No me pasa nada, quería hacer algo de ejercicio, nada más
-          Venga, que no soy Rocío, a mí no me engañas tan fácilmente
-          ¿Y si te digo que no quiero hablar de ello, me dejarías sola?
-          No, porque yo sí que quiero hablar de ello

Will detuvo el golpe que Aly le lanzaba, pues se había puesto a ensayar con ella para poderle hablar.

-          Está bien, ¿qué quieres que te diga?
-          Todo, como siempre.

Entre golpe y golpe, Aly fue poniendo al día a su amiga. Se movían perfectamente sincronizadas, no era la primera vez que entrenaban juntas ni pretendía ninguna ganar la batalla, así que se limitaban a dejarse llevar físicamente mientras sus cabezas se centraban en la lucha verbal que mantenían para poder ponerse de acuerdo en el tema principal; Sofía.

-          Bueno, al menos hemos cambiado, ya no es el mismo tema de siempre
-          No me hace gracia, Will
-          Pues a mí sí, me tenías harta ya con lo de Marie
-          Y Buffy, no te olvides de tu propia hermana
-          No podría, pero ya sabes que ese tema no es discutible
-          Lo sé, tranquila, volvamos al tema principal
-          Sofía.
-          ¿Qué más quieres que te diga?
-          Pues… ¿qué vas a hacer ahora?
-          ¿Qué quieres que haga? ¡Si la he echado!
-          Puedes pedirle que vuelva
-          ¿Y los chicos?
-       Pues te reñirán por hacerles cambiar las coreos a lo tonto, pero estarán encantados de que vuelva, la hemos cogido cariño, ¿sabes?

Y así siguieron un buen rato, sin llegar a una conclusión clara.


Me desperté de esa siesta improvisada cuando sonó el timbre y la voz del botones anunciando que tenía visita

-          Y ahora sí lo anuncia – pensé – ¿Quién es?
-          La señorita Willow, ¿la dejo pasar?
-          Sí, sí, que pase

¿Le habrá dicho algo su hermana? Me van a volver loca…

-          Sofía, hola, ¿te he despertado?
-          Sí – me incorporé en la cama – pero no pasa nada, ya se me estaba alargando la siesta.
-          Quería hablarte de Aly
-          No creo que haya nada que añadir, me ha echado y ya está
-          Pero…
 -    Mira Will – la interrumpí – me caes bien, de verdad, y me da mucha pena dejar atrás a los Rollernoters, pero estoy fuera, no hay más que hablar, si Aly quiere añadir algo más, que venga ella en persona.
-          Tienes razón.
-          ¿Algún otro tema del que quieras hablar? ¿Quieres tomar algo?
-          No, gracias, supongo que no tengo nada más que contarte, será mejor que me vaya y le lleve el mensaje a Al.
-          Es lo mejor, sí.

Se fue con un simple “Adiós” y ahí me quedé de nuevo hasta las narices de tratar de esa manera a alguien que no solo no me ha hecho nada, sino que me ha ayudado… ¿Qué me está pasando? ¿Será eso que decía Marie de volverse loca? En fin, será mejor que me ponga a hacer los deberes, así no pienso en otra cosa.

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