Soy
adicta a los amaneceres
que se
iluminan en tus ojos
cada
mañana,
al
perfume
que
dejas en mi ropa
antes de
marcharte,
a ese
abrazo
del que
no te soltaría…
La
libertad ha dicho
que le
devuelvas su puesto
en mis
deseos,
y mi
cama tiembla tu ausencia
anhelando
que desgarres las sábanas.
Cualquiera
se siente poeta
entre
tus brazos,
artista
si tus
ojos me miran,
y mujer
cuando me
haces el amor…
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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: