Me muero
por probar a dormir contigo…
Y sí, me
refiero a dormir,
llámame
moñas.
Me muero
por saber cómo son tus abrazos,
a qué
huelen tus sábanas,
o cómo
te queda el pelo recién levantada…
Me muero
de ganas de prepararte el desayuno
y saber
si tomas el café sólo o con leche,
si eres
más de dulce o de salado,
de
galletas o tostadas…
Me muero
por conocer tus pesadillas
y
enseñarte el truco para borrarlas,
confirmar
que te favorece la luz del sol
y poder
decirte, sin bajar el tono,
que me
encanta el sonido de tu voz
cuando
me susurras tus secretos cada noche…
Como
dirían mis amigas,
me muero
por tus huesos,
aunque sigo
sin tener ni idea
de qué
coño significa esto.
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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: