Si miras
al infinito
¿qué ves?
¿quién
responde al guiño en el espejo?
Un día
desperté entre legañas
y tenía
que entender la vida,
el por
qué,
el qué,
el cómo
y el
cuándo…
Términos
que aún
se lían en mi cabeza
y se
mezclan,
se confunden,
se mimetizan,
se esconden
y
cambian de sitio…
continuamente.
Y el
infinito se esconde tras las nubes,
al calor
del sol,
para que
no veas
que se
ha puesto rojo…
Y mi
espejo está empañado,
porque nadie
responde al guiño
y le he
visto llorar
mientras
me duchaba.
Y a la
vida,
no la
comprende nadie.
Y el por
qué es una estafa,
el
cuándo, una mentira;
el cómo
no atiende a razones…
y ¿qué
se supone
que hago
yo ahora
con
tanta historia perdida?
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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: