Día a día,
pasan las horas por
ella
y detrás de la pizarra
busca un hueco….
Clase a clase,
va quedándose,
como el polvo de la
tiza,
en el rincón
donde
nadie mira nunca…
Profe a profe,
se va perdiendo
en la mirada vacía de otra
clase magistral,
en el ronroneo de las
toses
ya marcadas,
que parecen comunicarse
en
código morse;
algo así como “invisible”,
algo así como “ignorada”…
A fin de cuentas,
“otra más”…
Curso a curso,
va entendiendo
que las gotas de agua
dulce
pasan inadvertidas,
en el mismo momento
en que alcanzan
la mar salada.
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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: