viernes, 17 de octubre de 2014

Baile de sillas - cap. 9



BAILE DE SILLAS

Esta historia trata de una chica algo frustrada cuyo único sueño es bailar. Lo consigue al llegar al instituto nuevo en LA, la única pega es que para hacerlo ha tenido que mentir. Cuando llega al instituto ha tenido un problema en las piernas y va en silla de ruedas, al principio piensa que es un gran problema, pero descubre que gracias a ello encaja a la perfección y es totalmente aceptada por sus compañeros, cosa que rara vez le había pasado. Pensó que era su silla de ruedas lo que gustaba a la gente, así que aunque ya no necesitaba la silla, la seguía usando. Estuvo bailando con ella, cantando y encajó perfectamente en un grupo que se hizo famoso, no solo en el instituto, sino también a nivel estatal. Es en ese grupo donde conoce a una chica de la que se enamora, aunque al principio hay problemas por su miedo al rechazo, finalmente salen juntas y todo es perfecto, hasta el momento en el que la descubre bailando de pie y todo se desmorona. ¿Qué hará esa chica al saberlo? ¿Y la protagonista, volverá a bailar?





Cap. 9 –

Acabé los deberes mucho antes de lo que pensaba, por lo que tenía la tarde entera libre. De normal habría ido a ensayar, habría quedado con Aly, igual habría cenado con los Rollernoters… Pero ¿qué se suponía que iba a hacer ahora?

Como no podía pensar en nada mejor, me puse a buscar una película en el ordenador para pasar el rato. Terminé viendo “Loving Annabelle” por enésima vez mientras garabateaba casi sin darme cuenta en un papel. Cuando acabó la película miré la pantalla del ordenador con cierto aire de nostalgia, había pasado dos horas entretenida pero ya no me quedaban ideas para pasar el resto de la tarde.

Salí del hotel para dar una vuelta por LA y acabé, como siempre, en un pequeño parque que solía estar casi vacío pero que, por alguna razón, me transmitía una paz inusual. Recuerdo que la primera vez que fui a ese parque fue el día que vine con mis tíos para decidir lo del hotel, visitar la escuela y todo eso. Parece mentira que ya haya pasado un año desde aquello.

Por aquel entonces aún no iba en silla de ruedas, así que me metí debajo de la pequeña fuente, jugué en los columpios, bailé en el césped… Recuerdo cada detalle de ese día; como la cara que puso mi tío cuando volví a casa empapada y llena de barro y verdín. Había sido un día duro de caminatas y búsqueda del mejor hotel que nos hiciera una buena oferta, pero ese momento a solas en el parque me había hecho olvidar todo el cansancio.

Ahora que lo pienso, es lo único que saqué en claro del viaje, porque como luego me pasó lo de la pierna, el hotel que elegimos ya no nos valía y tuvimos que buscar uno con rampitas para la silla.


Will estaba en casa hablando con Buffy, no era una discusión, porque ellas nunca discutían, pero era un tema que a ninguna de las dos les gustaba; Aly

Desde lo que pasó con Marie, cada vez que las hermanas hablaban de Aly y los Rollernoters la cosa se ponía tensa. Willow nunca había querido inculcar sus ideas en las de su hermana como solían hacer las hermanas mayores, estaba muy a gusto sabiendo que tenían opiniones distintas sobre muchos temas y que podían ser ellas mismas. Aun así, ella conocía a Aly y, pese a saber por qué a Buffy no le caía bien, no podía evitar explicarle que no era tan mala persona.

-         ¿Cómo puedes seguir defendiéndola?
-         Es mi amiga, Buff, por eso la defiendo
-         Bueno, pues no entiendo por qué lo es, después de lo que hizo con Marie y con Marco…
-         Se equivocó en lo de Marie, no te lo niego, pero también estarás de acuerdo en que lo de Marco fue cosa suya, podía haber dicho cualquier otra cosa… Y no creo que tú seas muy objetiva en el tema Marie, ¿no crees?
-         Tienes razón, no lo soy, pero me jode lo que pasó, Marie sufrió mucho por culpa de tu amiguita a la que tanto defiendes.
-      Buff, te lo he dicho más veces, Marie no fue la única que sufrió, solo que cada una buscó una salida diferente.
-         Está bien, no me gusta discutir contigo y ese es un tema que siempre nos hace acabar mal a las dos, así que no quiero hablar de lo que pasó con Marie y Aly…
-         Es cierto, siempre que sacamos el tema acabamos mal tú y yo.  Mejor hablemos de otra cosa, ¿qué tal la tarde? – El ambiente se había tensado bastante, pero ahora estaban más relajadas sentadas las dos en el sofá de casa.
-         Pues no creo que eso cambie mucho de tema, he pasado la tarde con Marie y… - calló de pronto Buffy
-         ¿Y… qué? No me dejes a medias
-         Bueno, es que no te va a gustar…
-         No me lo digas, habéis ido a casa de Sofía, ¿me equivoco?
-         ¿Cómo lo sabes?
-         Porque a mí también se me ha ocurrido la misma solución, con razón estaba tan seca conmigo, estaría harta de visitas.
-         Pobrecilla, verse envuelta en este lío tan pronto.
-         Pues sí.

Y allí se quedaron las dos en silencio, pensando en lo que les pasaba a sus amigas.


Aly les había dicho a los chicos que dejaran las coreos para otro día y se fueran a casa a descansar. Ella estaba también muerta de cansancio, pero no quería volver a casa todavía, tenía que pensar en qué haría con Sofía...

Decidió dar un paseo, así que se puso la música bien alta y empezó a andar sin rumbo fijo. Le encantaba hacer aquello en LA, la gente parecía pasar a cámara lenta cuando llevaba sus auriculares a todo volumen, pues ella andaba casi sin darse cuenta al ritmo de la música.

Pasó por varios edificios, alguna palmera, un par de tiendas, más edificios… Empezaba a anochecer y las palmeras quedaban preciosas a la luz de la luna… Se sorprendió de pensar aquello, llevaba una vida viviendo allí y nunca se había fijado, pero era lo primero que había dicho Marie en su primera “cita”.

Siguió andando sin querer plantearse por qué se le había ocurrido aquello, pero una silenciosa sonrisa se había dibujado en su cara mientras miraba las palmeras.

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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo:

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