miércoles, 8 de octubre de 2014

Sin remite ni destinatario 2

Por alguna razón que sobrepasa mi entendimiento, no puedo dejar de pensar en ti, de recordar los buenos tiempos, en los que tu mirada y la mía reflejaban el mismo sentimiento. Esos momentos en los que podía pensar en ti sin sentirme tan culpable como me siento ahora.

Tal vez fueran pocos, pero esos momentos de cordura, de pasión, de ternura... los momentos que tú me regalaste, se repiten en mi cabeza, donde se antojan perfectos, dignos tal vez de una novela romántica.

Sé que esta carta no llegará a tus manos, que tus preciosos ojos negros no leerán estas líneas… Lo sé porque no tengo el valor suficiente para pedirte lo que más quiero, lo que mi cuerpo más pide a cada momento.Y aun sabiéndolo te escribo, para contarte que te extraño y que la cagué al dejarte marchar. 

Te escribo para decirte que lo que más quiero en este mundo es un último abrazo, un último beso, un último adiós... un último "te quiero"...

Porque escribir “te quiero” en un papel parece algo muy pequeño, pero representa lo más grande de este mundo, algo tan grande como el vacío que tu ausencia dejó en mi alma. Como ese corazón tan grande que te empeñas en esconder o esa ternura que un día me regalaste.

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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo:

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