tu imagen nítida se deshace ante mis ojos,
tu recuerdo se perfora y difumina
como quien quema en cuencos de barro
las viejas fotos.
Con cada inhalación, un nuevo pensamiento;
con cada exhalación, uno antiguo que se quema.
Y aunque pensé que era lo que quería, me asusta,
hasta el punto de llegar a paralizarme el miedo.
Yo no quiero olvidarte,
pero al paso que arden las imágenes,
mañana, tal vez, ya no quede nada nuestro.
de que quemar tus recuerdos tan solo irrita mi garganta.
Tu presencia en mi cabeza me taladra los sentidos
pero no quiero que te vayas, no sé vivir sin tu voz
en mis oídos.
Tan solo te pido tiempo, tiempo...
Pues si cada día voy tirando con un minuto sin ti,
tal vez llegue un momento en que sepa vivir conmigo...
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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: