No es huir, es supervivencia.
Cierro la puerta y respiro.
No es un himno,
es un rito;
y la única forma que conozco
de seguir mi ritmo.
¿Decís que me escondo?
más bien os silencio;
las voces tras la puerta
no hieren a quien está dentro,
y es por eso
que es tan eficaz mi fortaleza.
Cuando el mundo es una mierda
sólo regreso y cierro la puerta.
Tras ella, tu absurdo parloteo
banal y completamente deshonesto;
tras ella, la mierda de sociedad
que no extiende la mano,
que no ayuda,
que no hace ni el más mínimo gesto…
Tras ella, todo lo que no quiero.
Y al cerrarla,
los cierro a ellos:
ya no dañan,
ya no duelen,
sólo callan
y yo vuelo,
y soy libre...
porque la única copia de la llave
está en mi mano
y la única cerradura,
está por dentro.
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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: