Se va la luz y ya no quedan bosques seguros,
no nos protege ya la sombra en la que confiábamos
y las hojas traen voces nuevas…
Cae la noche y se nos cierran las
alas,
cerramos los ojos
y empezamos a imaginar imposibles.
Bendita noche mágica,
tal vez la última,
tal vez la primera…
Abrimos los brazos
buscando esa nueva brisa,
nos dejamos llevar.
NO,
mejor aún;
¡planeamos!
Maldita noche de locos,
tal vez como todas,
tal vez… como ninguna.
Es un sueño corriente;
creemos caer al vacío,
pero en el fondo
el vacío,
es tan sólo
el lado opuesto de la cama…
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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: