he descubierto de nuevo
el sabor a casa.
Tras 50 días de encierro
en una habitación
que cada vez es más parte de mí,
al fin
he respirado profundo
y me he llenado de paz,
de la armonía de un hogar conocido,
de un refugio a todo mal,
de una lengua compartida y secreta al tiempo.
Hoy,
mirándote de nuevo como un extraño,
intentando comprender
qué cambios nos habíamos perdido,
pese a vernos a diario entre pantallas,
me he encontrado
en el hueco de tu cuello,
en la sonrisa contagiosa
y en los silencios.
El tiempo ha perdido noción de sí mismo
y el espacio
ha desaparecido
cediéndonos el infinito.
Hoy las lágrimas
saben a navidad,
a primavera,
a futuro
y a oasis.
A saber
a ciencia cierta
que el mundo sigue girando ahí fuera
preparado
para las aventuras que nos espera.
De tu mano,
siempre,
compañera.
De tu mano, siempre. Gracias por ser ohana y casa :)
ResponderEliminarSiempre. Gracias por estar ahí para serlo ;)
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