De todas las promesas que incumplí,
olvidarte
siempre fue mi favorita.
De las normas que rompimos,
el silencio
fue la que nunca lamenté.
De aquello de lo que me hiciste experta,
dormir sin ti
sigue siendo mi asignatura pendiente.
De todos tus miedos,
de todos mis males,
de todas nuestras pesadillas,
este presente
te juro que no tiene rivales.

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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: