domingo, 1 de febrero de 2015

Bile de sillas - cap. 11



BAILE DE SILLAS

Esta historia trata de una chica algo frustrada cuyo único sueño es bailar. Lo consigue al llegar al instituto nuevo en LA, la única pega es que para hacerlo ha tenido que mentir. Cuando llega al instituto ha tenido un problema en las piernas y va en silla de ruedas, al principio piensa que es un gran problema, pero descubre que gracias a ello encaja a la perfección y es totalmente aceptada por sus compañeros, cosa que rara vez le había pasado. Pensó que era su silla de ruedas lo que gustaba a la gente, así que aunque ya no necesitaba la silla, la seguía usando. Estuvo bailando con ella, cantando y encajó perfectamente en un grupo que se hizo famoso, no solo en el instituto, sino también a nivel estatal. Es en ese grupo donde conoce a una chica de la que se enamora, aunque al principio hay problemas por su miedo al rechazo, finalmente salen juntas y todo es perfecto, hasta el momento en el que la descubre bailando de pie y todo se desmorona. ¿Qué hará esa chica al saberlo? ¿Y la protagonista, volverá a bailar?



Cap. 11 –

Es el día siguiente y he el número de WhatsApps, llamadas perdidas, mensajes e e-mails ha aumentado desorbitadamente, así que he decidido leerlos y hablar con quien se esté tomando tantas molestias para hablar conmigo.

Quitando los mensajes y demás de mi madre o de la gente de clase, me quedan varios mensajes de Marie asegurando que “TENEMOS que hablar”, un par de ellos de Willow que no sabe qué está pasando ni por qué Aly no le cuenta donde estuvo anoche y, por último pero no menos importante, Aly quiere que hablemos de lo que pasó y no sabe qué quiero que haga, si contárselo a los del grupo (en el cual, por cierto, parece ser que me han readmitido) o que sea algo entre nosotras.

He llamado a mi madre para que no se preocupe y a Willow para decirle que todo está bien y que ya se enterará cuando nos aclaremos todos. Es el momento de hablar con Aly… ¿Qué haríais vosotros? ¿Le digo que me gusta y que quiero repetir? ¿Me hago la tonta como que no sé de qué habla?...

*Llamada telefónica con Aly*

A- ¿Sofía?
S- Sí… so.. soy yo
A- Vaya, tartamudeos… Mal empezamos, ¿estás bien?
S- Sí, sí, tranquila, es sólo que.. bueno..
A- Que no sabes cómo hablar de esto, ¿me equivoco?
S- Supongo que es eso
A- Bueno, para mí también es raro.. Pero creo que tenemos que hablarlo, ¿no?
S- Tienes razón
A- Mucho mejor, pues.. ¿y ahora qué?
S- Ni idea, fuiste tú quien dijo que me necesitaba
A- Y tú la que me besó
S- No te negaste
A- Ni tú a que te necesitara
S- Ya, bueno… Y ¿a qué te referías?
A- No lo sé, supongo que me gustas más de lo que yo creía
S- Supongo que tú a mí también
A- Entonces… ¿Estamos… saliendo?
S- No sé, ¿es lo que quieres?
A- Creo que sí, ¿y tú?
S- Creo que sí
A- Si es así, no quiero tener secretos para ti, así que.. ¿hay algo que quieras preguntarme?
S- ¿Cómo supiste dónde estaría?
A- No sabía que estabas allí
S- ¿Por qué fuiste, entonces?
A- Nunca lo he sabido explicar, es mi lugar secreto.. bueno, lo era.
S- También es era el mío
A- Una cosa más que tenemos en común

Las dos estábamos sonriendo como un par de bobas con cada frase de la otra, y la verdad es que a partir de ahí fue bastante más ñoño y cursi, así que creo que voy a dejarlo y os cuento dentro de un rato cuando nos veamos a la puerta de clase ;)

*Tres horas después, en la cafetería*

Aquí estamos todos los Rollernoters de nuevo a la mesa, por cómo me mira Willow, creo que Aly le ha contado ya lo que pasó el otro día, aunque hemos quedado que no contaremos nada al resto de Rollernoters hasta que no hablemos nosotras dos y nos aclaremos. También le he dicho a Aly que quiero hablar con Marie y saber qué es eso que tanto interés tiene en contarme, al fin y al cabo a mí no me ha hecho nada malo y sigo sin entender por qué no hacen las paces y vuelve al grupo.

-         La próxima vez que te echemos del grupo, primero nos haces los cambios en las coreos, Ritmo de Hierro – bromea Marco
-         Vale, eso está hecho, aunque espero que no me echéis, por lo menos, hasta el año que viene.
-         Apoyo la moción – añade Rocío
-         Todos lo hacemos, ¿verdad Aly?
-         Claro, Will. Y creo que debo una disculpa a Sofía delante de todo el grupo. Me pasé tres pueblos y no tienes culpa de nada, así que… ¿me perdonas?
-         Mmmmm. Sólo si me das tu postre
-         ¡Hecho! – me guiña un ojo y ya definitivamente todo vuelve a la normalidad.

Después de la comida hay una clase extra de volumen para terminar el proyecto que hay que entregar la semana que viene, así que aprovechamos que Aly y yo ya lo tenemos hecho para saltarnos esa clase y pasar un rato juntas y a solas.

Al principio no sabíamos muy bien qué hacer, pero desde que le he dado la mano, todo está yendo genial, hemos hablado y hemos dejado claro que queremos intentarlo y que las dos sentimos algo hacia la otra desde hace ya tiempo.

-         ¿Por eso entraste al grupo?
-         ¡Egocéntrica! No, siempre he sido bailarina.

Su cara es un poema, que pena no haberle hecho una foto, tendríais que verla; mira la silla como si fuera la primera vez que me ve sobre ella y no sabe qué decir.. ¡Qué mona está!

-         No muerde
-         ¿Qué?
-         La silla, digo, que no muerde Jejeje Como te has quedado mirándola como si fuera un fantasma
-         Bueno… es que yo…
-         Jejejejejejejejejejeje
-         No te rías de mí, mala persona, encima de que me callo para no meter la pata.
-         Será por eso que yo no me callo nunca.
-     Pues a ver si así… - se ha acercado y llevamos besándonos desde entonces, ya no sé cuánto tiempo ha pasado.

Si es un sueño, que nadie me despierte, ¡por dios! Si es que besa demasiado bien… Te pierdes, Sofía, te pierdes…

-         Siento molestar, pero… - se le ha quebrado la voz, supongo que al reconocernos.

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