Cap. 6
Pelea entre Pedro y
Lorena
Lorena llegaba puntual a su cita con Pedro, pero su sonrisa
habitual había desaparecido. En su lugar, lucía un brillo especial en la cara
que llamó la atención al chico haciéndole finalmente preguntar.
-
Hoy he hablado con Sandra y.. – empezó su
respuesta Lorena
-
Espera, ¿Has hablado con Sandra? ¿Por qué? –
interrumpió algo molesto porque fuera ella la razón de tanta alegría.
-
Porque es mi amiga…
-
Te dije que no me gustaba que hablaras con ella
– trató de no sonar muy serio e imperativo.
-
Tú no eres quien decide eso
-
¿Cómo que no? Soy tu novio – ahora su voz sí era
dura, ¿por qué estaba ella a la defensiva?
-
Eso no te da derecho sobre mí – Lore no podía
creerse la autoridad que reflejaban las palabras de Pedro.
-
Ella es tu ex, claro que tengo derecho a decirte
que no la veas
-
Pero ¿quién te has creído?
-
¡Tu novio! – dijo remarcando la “O” de “noviO”
-
Te repito que eso no te da derecho a decidir con
quién hablo o dejo de hablar. ¿En serio crees que dejaría de hablar con la
persona más buena que conozco porque me lo dijera mi noviO? – repitió con
retintín el énfasis que él había dado a la palabra
-
Por el amor de Dios, si tanto la defiendes ¿por
qué la dejaste?
-
¡¡Por miedo!! – Pedro se quedó petrificado, en
estado de shock - ¿Contento?
-
¿qué… qué coño significa “por miedo”?
-
Pues significa por miedo – la verdad es que
Lorena llevaba tiempo haciéndose la misma pregunta.
-
¿Por miedo a qué? – Pedro se sentía algo
menospreciado y confuso, la pregunta había salido de sus labios por puro e
irrefrenable impulso
-
A no merecerla – la voz no había sido más que un
susurro, una proyección del peso que esa carga había supuesto y suponía en ella
cada día.
-
¿QUÉ?!!
-
Lo que has oído – su voz era triste, no quería
hacerle daño, pero era la verdad, debía saberlo, y ya no había vuelta atrás…
-
¿cómo que miedo a no merecerla? No es más que
una chica a la que apenas conoces, no tiene nada de especial, no es guapa ni
lista… ¿qué coño tiene que no tenga otra?
-
No tienes derecho a hablar así de ella - se levantó y sostenía el cuello de la
camisa de Pedro en la mano
-
¿Pero qué te pasa?
-
Yo ya la he hecho suficiente daño, no voy a
permitir que nadie más lo haga, ¿lo has entendido?
-
S…
-
¡¡Calla!! – soltó la camisa y se sentaron frente
a frente, Lore temblaba, la ira y la adrenalina se reflejaban claramente en sus
ojos, bajó el tono de su voz, no iba a echarle la bronca, pero aquella bomba,
contenida tanto tiempo en su pecho, acababa de estallar. – Te voy a decir por
qué no la merezco; es lista, detallista, romántica, decidida… es una luchadora,
tiene sus propios problemas y aun así se los guarda dentro para ayudarte en los
tuyos, que no son nada en comparación. No la merezco, porque es la única
persona que realmente se ha preocupado más por mí que por ella misma, se
entrega a una relación con todo, sabiendo que puede salir mal parada. No la
merezco porque sigue apoyándome aunque la dejé, porque nunca me ha pedido nada,
porque siempre está ahí cuando la necesito… No la merezco porque es la mejor
persona que he conocido, y sí, tiene defectos como todo el mundo, pero no todo
el mundo ha vivido lo que ella y sigue en pie, luchando y, lo más sorprendente,
dejando a un lado sus propios intereses por ayudar a cualquiera que lo
necesite, por estar ahí para sus amigos, por hacerles la vida más fácil aunque
eso complique la suya. Por todo eso no la merezco, así que no vulvas a hablar
mal de alguien a quien no conoces, porque yo sí la conozco y no voy a tolerar
que la insultes solo por ego.
-
¡Estás loca! ¿Y qué se supone que soy yo
entonces? ¿El tío con el que te conformaste? ¿alguna vez me has querido?
-
Me pediste salir y te dije que sí por lo bien
que me habías tratado, me enamoré de ese chico que me ayudaba y parecía
entenderme. No me conformé contigo, simplemente seguí adelante tras cometer un
gran error, a tu pregunta… sí, te he querido, pero nunca he dejado de quererla
a ella.
-
Entonces ¿esto es un adiós, me estás dejando? –
No era enfado lo que ocultaba la frase, sino dolor…
-
Sí, y es una de las cosas más duras que he hecho
en mi vida, - tragó saliva, realmente le dolía tener que hacer aquello – pero yo no soy así. No quiero seguir viviendo
esta mentira y arrepintiéndome cada noche de haber dejado pasar a la mujer de
mi vida. Lo siento, muchísimo, pero soy lesbiana y estoy enamorada de ella… sé
que lo entiendes, el caso es.. ¿me perdonarás algún día? – esto último lo había
dicho mirándole a los ojos, quería asegurarse de que lo escuchara y lo
entendiera.
-
En el fondo creo que siempre lo supe… ¿No vas a
cambiar de idea verdad?
-
No – su voz sonaba algo entrecortada por el
dolor, odiaba hacer aquello.
-
Está bien, yo quiero lo mejor para ti y… está
claro que no soy yo.
-
¿Seguiremos siendo amigos?
-
Claro, te ayudaré en lo que necesites, Sandra
tiene mucha suerte de tener a alguien cómo tú. – su voz era sincera y triste,
sabía que aquel día llegaría tarde o temprano, pero no esperaba que fuera a ser
tan doloroso.
Hubo un silencio durante unos segundos, en los cuales ambos
asimilaban lo que estaba pasando.
-
Gracias por entenderlo… lo siento, Pedro.
-
Solo una pregunta… - levantó la cabeza, que
había mantenido con la mirada al suelo tras su última frase.
-
¿Cuál?
-
Dijiste que habías hablado con ella… ¿puedo
saber de qué?
-
No es lo que piensas… Ella no sabe nada de lo
que te he dicho a ti...
-
Eso me alivia, pero no responde mi pregunta
-
Ella me ha preguntado si estaba ya contigo antes
de dejarla, yo me he limitado a decirle la verdad, que la dejé por miedo y tú
me consolaste durante unas semanas y acabé queriéndote.
-
Gracias... – las lágrimas contenidas hasta el
momento brotaron de sus ojos con ese susurro y con un abrazo se despidió de
Lorena y se fue a su casa sabiendo que hacía lo correcto al dejarla marchar.
Lorena no sabía cómo sentirse, sabía que no estaba bien, no
había querido hacer daño a Pedro, pero no podía continuar engañándole, su
corazón pertenecía a otra persona…
…
En la actualidad
- Bueno, ahora ya sabes lo que pasó… - a Lore se
le escaparon unas lágrimas, eran demasiadas emociones, miró a Sandra – Di algo,
por favor
-
Es que no sé qué decir…
Se quedaron un rato más allí,
calladas, pensando. Sandra trató de procesar toda la información, era cierto que no sabía qué decir, aquella historia revelaba todos los sentimientos que tenía hacia ella la única persona que de verdad amaba, pero... ¿sería real? Quizás la pelea no fue así, quizás... La mente de Sandra estaba disparada, aunque calladas e inertes, en su interior no paraba de revolverse.
Lore, por su parte, trataba de contener las lágrimas que incontrolables brotaban de sus ojos por la mezcla de sus sentimientos, el recuerdo de la pelea, la proximidad de ese cuerpo que sabía que deseaba, pero... ¿le desearía a ella? ¿habría entendido todo lo dicho? ¿por qué no hablaba? supuso que al saberlo reaccionaría, no esperaba que se abalanzara a sus labios, pero.... de nuevo, cuerpo casi inerte pero un torbellino en la mente.
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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: